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UN GATO EN EL BALCÓN

POR UN PLATO DE LENTEJAS

 

 

La historia del mundo es de los hombres que lo habitan y, no lo duden, de cada uno de ellos.

 

Que Uribe es un vulgar asesino afincado en el poder gracias a miles de muertos era conocido por todos, incluidos por sus votantes. Ahora la gente se desgarra las vestiduras, más por el reparo de Obama a tratarlo como aliado económico, que por genocida. Sus amigos Aznar y Bush no, el comisionista Felipe tampoco. A esos les ha ido bien que gobierne, los primeros por afinidad ideológica, el segundo por negocios y los tres por hacer frente común contra Chavez. Los primeros han sido cómplices directos ya que lo apoyaban, armaban e, incluso, financiaban sus asesinatos; -los campesinos muertos eran un daño colateral asumible, parece ser- y el segundo por ganar unos cuantos millones es capaz de vender una central nuclear sin saber que hacer después con la radiación.

Lo cierto es que muchos políticos y la mitad del periodismo viven cubiertos de mierda por un vulgar y pútrido plato de lentejas.

A Chavez no se le conocen asesinatos, aunque algunos periodistas hayan querido endilgarle los provocados por su competencia. Y me pregunto lo que habrán cobrado para enmierdarse con tal complicidad.

Prefiero mil veces al paranoico y egocéntrico Aznar que a la víbora traidora de Felipe. Por lo menos el primero va de cara y reconoce a lo Kissinger lo malnacido que llega a ser. Y es que si lo votas es porque quieres y aceptas la complicidad de sus actos.

Leo que la derecha se desmelena por las palabras del alcalde de Getafe y lleva razón. El muy botarate erró el término, en cambio de decir “tonto de cojones” debería haber dicho malnacido, porque idiotas, lo que es idiotas, no lo pueden ser tanto.

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Dicen que es el séptimo plan de choque contra la crisis. Yo cuento ocho, aunque tampoco viene de uno. La verdad es nadie ha visto ninguno.

Como siempre Zapatero habla mucho y no hace nada. El gobierno no gobierna, lo que tampoco sabemos si eso es bueno o malo. Quizá sea mejor el desgobierno a la italiana que hacer caso a Solbes.

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Parece ser que los republicanos han conseguido frenar la imposición del cobro por las bolsas de plástico, una medida impositiva, ilógica y de castigo, muy en consonancia con la ideología izquierdista retrógrada que considera a la ciudadanía ignorante y tramposa antes de ser juzgada.

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La empresa distribuidora de agua ya propone una subida de precios para prevenir el consumo. Dice, con la ayuda, cómo no, de algunos políticos, que el precio debe adaptarse a la oferta y demanda para evitar que la gente haga un mal uso de ella en futuras sequías. No dice que el ciudadano barcelonés es el que paga el agua más cara de España y de casi toda Europa, y que además se adelantó, como viene siendo habitual, a sus políticos con respecto al ahorro –no se pudo racionar puesto que el ciudadano llegó al consumo esperado con el racionamiento sin haberlo puesto en práctica-

La estúpida excusa para reprimir, coaccionar, castigar preventivamente y, de paso ingresar el dinero que necesitan para pagar el desastre de una desaladora mal proyectada.

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Congelación de salarios por mucho que la CCOO diga lo contrario. Coscubiela, en su retirada, avisa a los empresarios que el sindicato no aceptará la congelación.

Me pregunto a santo de qué dice eso a los empresarios y no al gobierno, que a fin de cuentas es el que los dicta.

Lo cierto es que cada vez que los socialistas dicen algo es para hacer lo contrario, un vicio heredado del felipismo que cuesta olvidar.

La mitad de los dependientes todavía no cobra lo estipulado. Deberán llevar a la Generalitat a juicio, lo ganarán y seguirán sin cobrar. Y es que Zapatero a legislado sin haber puesto un céntimo para ello. Queda guay hacerse pasar por progre y socialmente avanzado sin presupuestar las ayudas ni tener intención de hacerlo.

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Montserrat Tura, una vez más saca la indecencia y el fascismo que lleva dentro.

No entiendo como Montilla soporta un elemento como ese en un gobierno que se las da de progresista. Saura, que tampoco es que sea una maravilla, está en la ardua tarea de desmontar la camorra y vileza de los Mossos heredadas de cuando la Tura era su jefa.

Ya en su día esa tiparraca impresentable opinó públicamente su contrariedad a que un comunista dirigiera la policía. Para ella Interior era demasiado comprometido y estratégico para eso. Igual temía que el comunista con yate pusiera a los mossos a trabajar más y chulear menos. Anteriormente, la muy ignorante ya había dicho que no era bueno tener a tanto maltratador en la cárcel, puesto que faltaba sitio en ella. Para la consellera de Justicia la prisión funciona a golpe de la oferta y la demanda, que no de los delitos.

 

 

ÁFRICA 3

 

    "Esa es distinta y habla por sí sola. Sin embargo, lo primero que probablemente se preguntará el lector es: ¿dónde estaba el autor para conseguir esa instantánea?

    Podría estar recortada, pero no, es imposible, el primer plano es demasiado grande y solitario, nadie puede hacerle sombra sin quitar su protagonismo. Entonces es que estaba en la patera, en su interior y a su lado... Es posible que saliera a pescar invitado por la familia, pero la cara de la madre, más de tensión y triste despedida que de regocijo, la última mirada a una tierra conocida, es demasiado elocuente; el cochambroso motor del que se espera un viaje sin retorno, los depósitos de gasolina para ir llenándolo..."

 

 

    ¿Es posible tanto engaño?

    Era de esperar. Nadie, ni el relator, es capaz de introducirse en una patera de inmigrantes si no es pagando.

    Pero la foto prometía la suficiente morbosidad. La mirada de la mujer, la gravedad de su semblante...

    No, nada de eso. La foto fue tomada antes de una excursión familiar en la que el relator fotógrafo fue invitado, y que sirvió para pescar unas buenas y sabrosas doradas que sirvieron para la cena.

    Las pateras  pequeñas y de pesca no son naves demasiado estables, pero cuando estás acostumbrado a navegar en ellas es muy difícil que zozobren.

    La foto, tal como está tomada, podría ser noticia en cualquier medio. Incluso la reseña del relator es atractiva, lo que demuestra hasta donde puede llegar la manipulación en las noticias gráficas y escritas. En ella, el relator se permite llamar la atención sobre lo cochambroso del motor; como demostración de para lo que servirá: un solo viaje y el transporte de una mercancía a la que no se le da ningún valor. También lo hace con el semblante de la mujer, que no pasa de ser un momento de preocupación por el retraso de un amigo al que se espera.


    El fotógrafo, como espera todo lector que lo conoce, es incapaz de fotografiar un drama humano y recrearse en su imagen, guardar la instantánea en caso de haberla fotografiado por descuido o morboso interés o, más aún, publicarla. Y eso, que para algunos lo hace merecedor de parabienes, lo siente como necesidad.

    La decencia, piensa, no debe ser premiada ni alabada; en todo caso es la indecencia la que debe ser perseguida y despreciada.

    Es más fácil, para un hombre que se siente como tal, seguir la decencia que evitar la indecencia.

 

 

    El gobierno español tiene un problema en las islas Canarias. Dispone de algunos miles de motores fueraborda de gran cilindrada, prácticamente nuevos. Las traficantes de hombres, en contra de lo que se piensa, invierten mucho dinero para asegurar el viaje y compran motores nuevos de ciento cuarenta a ciento cincuenta caballos. Esos motores solo deben servir para un viaje, ya que una vez en la isla se abandonan quedando en propiedad del gobierno central.

    ¿Qué hacer con los motores?

    Nadie lo sabe. En principio deberían servir para recuperar algo del dinero gastado en la gestión de la inmigración.

    A un político, se supone que en exceso confiado, se le ocurrió la brillante idea de donarlos al gobierno de Senegal con la condición de donarlos a los pescadores. Pensaba, inocente, que servirían para modernizar la pesca autónoma.

    Los cascos de las pateras de pesca no pueden soportar semejantes motores. Se partirían en dos y sin ponerlos en marcha. Se deberían lastrar sus proas para evitar el excesivo empopamiento y se hundirían sin más. Y en caso de ponerlos en marcha, probablemente saldrían disparados destrozando todo lo que encontraran a su paso.

    Se hizo un estudio sobre el terreno y, gracias a que los isleños son expertos en política africana, se descubrió que el gobierno senegalés ya tenía su proyecto: venderlos a los armadores de pateras de inmigrantes, los cuales se frotaban las manos ante su recuperación a mitad de precio.

 

    Los pescadores de la región utilizan pequeños y viejos motores, algunos no llegan a los siete caballos, comprados en el mercado europeo de chatarra.

    El que diga que los africanos son vagos e inútiles no conocen lo que pueden llegar a hacer con un motor que un europeo considera irrecuperable. Solo los armadores de pateras de inmigrantes pueden comprar motores de ciento cincuenta caballos, llenarlos de gasolina y perderlos en un viaje. La carne humana vale mucho y se valora más que el pescado.

    Un motor de esos puede costar entre cinco mil y seis mil euros, y Dakar es uno de los mayores mercados del mundo. Hay multitud de oficinas de las grandes empresas que los venden al por mayor, de tres en tres o más. Un negocio próspero y muy rentable en el que las principales marcas se disputan el mercado.

 

    Vender dos mil motores casi nuevos de esas características es complejo. Nadie, ningún puerto deportivo o asociación puede absorber tanto motor de esas cilindradas; eso sin contar los que requisa el gobierno italiano. Solo repartiéndolos por medio mundo se podría resolver el asunto, algo que a las principales marcas no les hace demasiada gracia y que conlleva un problema de logística y distribución que escapa a cualquier gobierno.

 

 

ÁFRICA 2

 

Rainer, el austriaco, le dice a Javier en "Vagabundo en África":

-"No se viaja igual con una mujer, y conste que no soy machista. Pero en algunos países, llevar una mujer blanca al lado es llevar un collar de diamantes en un barrio miserable"-

Rainer es machista, tanto como cualquiera o aún más, ya que hace ostentación de la diferencia.

S, mi socio, ha sido viajero por África con su mujer blanca y dudo que muchos como él hayan vivido sus aventuras, la inmersión. Todo es ponerse y, obviamente, olvidar que llevas una mujer blanca a tu lado. Y no es tan difícil, puesto que el buen viajero debe comenzar por sí mismo y olvidarse de razas, culturas y clases sociales.

Yo no viajé por Senegal con un collar de diamantes sino con María, una preciosa negrita, tanto más que el collar, que exteriormente fingía ser una amiga de la familia.

Lourdes y Anna fueron compañeros, el sexo solo traslucía en la intimidad de la cama y no siempre.

 

Javier nos habla sobre el típico vendedor de minas de oro, esta vez de manera rebuscada a través de un orfanato católico.

Creo, a mí nunca me ha sucedido, que en África, solo bajar del avión, ya te quieren asociar con minas de oro y diamantes.

En el África subsahariana hay mucho oro. Senegal quizá sea de los menos afortunados en eso, lo que posiblemente le haya salvado de guerras y hambrunas; pero en el interior y cerca de Mali existen algunas minas, todas controladas por el Estado, que no propiedad de él. En Guinea, Burquina, Costa de marfil, Sierra Leona... las hay en cantidad y son explotadas por empresas extranjeras o cooperativas de los mismos poblados.

No es extraño contactar casualmente en hoteles, restaurantes o centros de negocios con un representante de alguna cooperativa. Entonces, con inteligencia y buen hacer, se confían dando a entender que su producción podría superar lo que el gobierno o el señor de la guerra de turno esperan de ellos o tienen acordado.

Sueltan el anzuelo y es el otro el que debe recogerlo, indagar y sopesar cada punto de lo que ha escuchado.

Generalmente desechan negociar directamente con blancos, a no ser que sean ya medio africanos. Prefieren a individuos de un país cercano, nunca del suyo. No dan facilidades y avisan del riesgo. El comprador debe pasar la frontera por pistas difíciles y, a veces, vigiladas por el ejército. Les gusta tratar con un africano europeizado que tenga contactos con joyeros y talleres españoles o italianos, comerciantes suizos introducidos en el negocio.

Dos, tres viajes de contacto para tomar confianza. No es el cliente quien debe fiarse sino ellos. Se juegan demasiado: la concesión o incluso la vida si el país se halla en guerra. Al tercero o cuarto le enseñan la mina, habla con el jefe del poblado... -curioso lo de "poblado" pero es como es-

El comprador llega al hotel y se decide, habla con sus contactos, busca dinero. El negocio es arriesgado pero serio. Él correrá con los riesgos de la frontera, ya ha contactado con un militar que lo tendrá informado sobre el recorrido de las patrullas. Sólo quiere una fuerte comisión y la continuidad de un negocio que puede representar millones para todos. La compra de oro fino a mitad de precio.

Hará una prueba, entre quince y veinte mil euros para empezar. Los mineros tampoco tienen más en el almacén. No hay problema, pero dada la procedencia los clientes piden que certifique la calidad en Zurich o Ginebra. Y cuál es su decepción cuando descubre que de oro hay poco y el resto es cualquier cosa.

¿Cómo es posible? Se pregunta desolado. Han perdido la posibilidad de hacer fortuna por unos pocos miles de euros.

No, nada de eso. Es África y él un pardillo.

 

 

ÁFRICA

 

Hace unos días nos visitó nuestro socio y amigo senegalés. Comimos con él, disertamos sobre los problemas que nos atañen y discutimos la mejor forma de hacerles frente.

Hace tiempo que abandonamos la idea de enviar más productos y dinero al país, porque ya no disponemos de lo primero, y el poco de lo segundo que nos queda debemos utilizarlo para la supervivencia de nuestra empresa.

Más tarde, ya en el café y con el conveniente sosiego, nuestro amigo nos notificó los últimos acontecimientos de su tierra.

El gobierno, para él uno de los más corruptos que ha soportado el país, había cerrado unilateralmente las centrales eléctricas durante días salteados para evitar el consumo de petróleo; y también, durante una semana, todas las gasolineras del país quedaron desabastecidas.

Nuestro amigo nos explicó que todo el tejido industrial del país tuvo que cerrar durante los días del apagón. Solo pudieron funcionar las empresas que disponían de generadores, y en la medida que estos pudieron suplir sus necesidades.

- Un desastre- nos dijo.

El caos económico en uno de los países bandera del desarrollo en África.

 

Hace años se construyó, con fondos de la ONU para el desarrollo del tercer mundo, una carretera que atravesaba el país. De aquella carretera solo queda el recuerdo. El gobierno utilizó el peor asfalto y la profundidad del piso apenas llegaba a los dos centímetros, justo para tomar la foto y quedar bien. A las primeras lluvias, la carretera había desaparecido.

Nos contaba nuestro amigo, que el nuevo responsable de repartir el dinero, catalán para más señas, se negaba sistemáticamente a hacer nuevas inversiones si no era con las garantías que él mismo dictaminase. Parece ser que es uno de los tipos más odiados del continente, algo que no me extraña visto su éxito. Según nuestro socio, las inversiones han disminuido desde entonces a la mitad.

El hecho que no haya inversiones, por tanto, contratos para empresas y trabajo para la ciudadanía, creará aún más pobreza; pero también un mejor cuidado para el desarrollo de nuevos proyectos. Los gobernantes deberán evitar su ancestral y corrupta avaricia, de no ser así se arriesgan a sufrir desórdenes y revoluciones.

 

Tenemos la tendencia de pensar que un sistema financiero fuerte y bien articulado puede solucionar los problemas del África subsahariana, que facilite el crédito y la circulación de capitales. Nosotros, después de algunas tristes y descorazonadoras experiencias, sufridas a causa del obligado paso por Citibank del dinero y capitales producidos por la exportación e importación, hemos constatado que no es así.

Los pagos, cobros y cambios de dinero que hemos hecho a través de los cauces ordinarios se han perdido durante mucho tiempo, distraídos, nadie sabe el por qué, en alguna oficina de Londres o Nueva York. Nunca -qué casualidad- en Barcelona, París o Frankfurt. Sin embargo, el método tradicional del maletín con dinero, tan atrasado en nuestros tiempos, jamás ha fallado; como tampoco los nuevos sistemas de puenteo de la banca internacional, utilizados por entidades tan banales como La Caixa o el Banco de Sabadell.

Asombroso.

 

Hasta ahora, adquirir semillas a empresas especializadas representaba pagar a través de la banca internacional, enseñar contratos de arrendamiento al gobierno y pagar, cómo no, una suculenta comisión. Después uno podía encontrarse con semillas defectuosas o tratadas tóxicamente sin posibilidad de reclamación. Es África y eso de reclamar es muy difícil, y más si es a una multinacional con sede en Chicago, Miami o México. Descubrimos que si las comprábamos en Barcelona, en un almacén de cualquier cooperativa, salían más baratas, nos las facturaban a un precio adecuado para pasar la aduana y nadie nos preguntaba para qué las queríamos. El envío por barco a través de una naviera valenciana y su llegada a los pocos días de travesía, han hecho que hoy existan bastantes hectáreas de cultivo en el centro del país.

Sabemos que no podrán venderse en el extranjero. No han pasado por las multinacionales adecuadas ni por la banca anglosajona, tampoco por la codicia gubernamental; pero servirán, eso sí, para cambiar, vender y comprar entre las comunidades; para comer a fin de cuentas.

¿El resto?

Ya vendrá.

Los gobiernos tienen la tendencia de legalizar el entorno. Si hay riqueza se hará una carretera y se crearán oficinas del gobierno. Nadie es tan idiota de perder la posibilidad de hacer dinero.

 

La solución de África debe venir de manos de los africanos y de su voluntad de cambio. Si esta falla, poco se puede hacer.

Mi socio pronto irá para allá. Por un lado para controlar, firmar y negociar algunos asuntos; por otro para ayudar a crear otra empresa agrícola. Un amigo va a cobrar el subsidio de desempleo en su totalidad, ese tan famoso que el ministro ha anunciado para todo inmigrante que acepte no volver en cinco años. Con este dinero adquirirán semillas y maquinaria y crearán la empresa. Mi socio debe dejar constancia de su propiedad ante la familia y la aldea, debe demostrar que controlará las cuentas y que enviará el dinero desde España para el pago de los sueldos. Solo así nadie se atreverá a expoliar al recién llegado antes de poder acometer la inversión.

 

La lógica nos dice que para levantar una sociedad se necesita un buen y sólido tejido empresarial y, por tanto, financiero. En eso estamos de acuerdo. En lo que discernimos es en el sistema para conseguirlo.

Es inútil construir una carretera que va a ninguna parte con un coste diez veces superior al real y que apenas va a durar un año. Es inútil construir centrales eléctricas sin posibilidad de mantenerlas y para llevar electricidad a lugares alejados y casi deshabitados.

Hace más de un año escribía en este blog sobre la Jatropha, una planta de fácil cultivo y que puede desarrollarse en áreas desérticas. Entre Senegal, Mali y Mauritania existen millones de hectáreas adecuadas para ella. Pequeñas empresas familiares de prensado y refino podrían abastecer a otras pequeñas centrales eléctricas de propiedad municipal con motores diessel, sencillos, baratos y de fácil mantenimiento. Abastecerían sobradamente a los poblados y, más adelante, si la infraestructura saliera rentable, podrían vender la energía sobrante a la empresa nacional.

Primero se debe crear un tejido empresarial pequeño y ágil, invertir en educación profesional e incentivar al antiguo emigrante para que invierta asesorándolo convenientemente. Nunca empezar la casa por el tejado, y más cuando está lleno de goteras a causa de la corrupción y el mal gobierno.

El gobierno mundial debe procurar premiar al trabajo y la industria, defendiéndolo de las apetencias de terceros; también castigar y acorralar la corrupción. Y nada mejor que lo primero para evitar lo segundo. El resto viene solo, con el libre comercio, la misma educación y la creación de empresas financieras asociativas.

No es lógico que un pollo alemán cueste la mitad en Dakar que en Berlín, y bastante menos que uno criado en las granjas senegalesas. Algo falla en el mecanismo de ayuda cuando solo sirve para exportar los excedentes de los países ricos y evitar la producción de bienes en el receptor.

 

 

DERECHO TOTAL

DERECHO  TOTAL

 

    Es posible que veamos, antes de lo esperado, al actual presidente de los EEUU procesado en su propio país y preso por crímenes contra la humanidad, y por haber declarado una guerra ilegal para enriquecerse; a no ser que un suceso extraordinario, aunque tampoco tanto, lo impidiera. Una guerra, el asesinato del aspirante y posterior elección de un candidato contrario a su ideario político, un golpe de Estado, aunque, en el fondo, el asesinato del aspirante lo sea pero encubierto (véase el de Robert Kennedy)

    Aunque no lo parezca los EEUU poseen la democracia más regeneradora del planeta, por lo menos de las grandes, y la única capaz de procesar a un presidente de derecho.

 

    El mundo cambia y muy rápidamente.

    Perú procesó a Fujimori, y aunque ya no era una democracia y fuera destituido por un golpe de Estado y por un ejército corrupto y cobarde, no dejó de ser un  avance.

    Otra cosa sería la situación en que pudieran encontrarse Aznar y Blair, con una inmunidad sustentada sobre el gremialismo político.

    Ningún gobierno español aceptaría que un fiscal general actuase de oficio contra un expresidente, aun demostrándose su culpabilidad en crímenes contra la humanidad. En todo caso intentaría boicotear por todos los medios su proceso.

    ¿A alguien se le ha ocurrido procesar a Fraga por el asesinato en la calle, en las aulas, en una iglesia, de manifestantes, huelguistas o un ciudadano que pasaba por allí en manos de su policía?

    A nadie. Incluso en el caso de demostrarse su implicación directa, la orden de disparar a matar.

    Los políticos españoles se quejan, cínicamente, del gremialismo de los jueces, mientras evitan la investigación a políticos implicados en crímenes de guerra.

    Pero... ¿qué hacemos con los millones de ciudadanos que votaron por segunda vez al PP, aun conociendo la ilegalidad de la guerra y los crímenes que allí se cometían?

    ¿Debemos partir el Estado en dos? ¿Una parte como prisión sin libertades o con las que aceptan para los demás y otra con ellas?

    Sería lo correcto, pero... ¿cómo sabremos quién votó al delincuente? Y, de saberlo, ¿cómo sabremos quién era lo suficiente poco estúpido, que no inteligente, para conocer la realidad de la situación?

    La gente, sobre todo cuando se siente culpable, tiende a esconder su voto.

    Fue chocante lo sucedido en Catalunya, donde los sondeos daban al PP bastantes menos votos de los conseguidos en realidad.  Y es que su votante intentaba pasar desapercibido, no por miedo, como aduce en Euskadi, sino por vergüenza o para evitar la mirada de profundo desprecio. A eso se le llama: voto escondido. El que Obama teme y en el que McCain confía, el del demócrata que se avergüenza de confesar su racismo, y el del republicano que votaría demócrata de ser Obama blanco y prefiere no confesarlo.

    Bush, dentro de su incapacidad, no sabe el favor que le hizo al aspirante al elegir a Condolenze Rice como secretaria de Estado. Rompió un estigma.

 

    Pero volviendo al tema...

    Imaginémonos pues, que se hace realidad el Estado de derecho para todos y Aznar es procesado y condenado.

    ¿Se debe excluir a su gobierno, a su partido político, a sus diputados, que aceptaron la guerra y se hicieron cómplices de ella?

    Es evidente que no.

    Hoy nadie puede escudarse tras la obediencia debida, ni los militares de alto rango que participaron en la contienda.

    En Argentina, Chile... se están procesando a militares de segundo rango por tortura, secuestro y asesinato. Aunque ellos aduzcan obediencia debida, eran conocedores del mal que producían y se aprovecharonn de eso para subir peldaños en su carrera; igual que los participantes en la guerra.

    ¿Qué sacamos de ello?

    Evitar guerras, asesinatos, violaciones, pillaje, ruina...

    Si los gobernantes saben que serán perseguidos y procesados, que sus bienes serán confiscados para pagar sus desmanes; no los cometerán. Buscarán la legalidad de sus actos y deberán contar con los foros internacionales, la verdadera autoridad en el tema. Y si así y todo, un gobernante, por megalomanía o locura egocéntrica, decide saltarse dicha autoridad, se encontraría con la oposición de su gobierno, del ejército, de sus diputados, de su partido...

    ¿Y el votante?

    Deberemos confiar en su educación.

    Educar a hombres que desprecian el derecho internacional, que lo demandan cuando creen que dictará a su favor, pero que lo rechazan cuando contradice sus deseos.

    Un Estado, cuando acepta la reglamentación internacional, participa de sus foros, vota y es escuchado, debe acatar el resultado de sus votaciones. De no ser así debe ser expulsado y perseguido. Si la ONU, sólo comenzar la guerra, hubiese tomado este camino, seguramente no la habría evitado, quizá hubiera tenido que marchar de Estados Unidos... pero hoy la historia sería diferente y la guerra hubiese durado mucho menos.

 

 

DINERO DE PIEDRA

 

    Hace poco decía que no conocíamos el límite temporal de la actual recesión -hoy ya podemos describir la situación con esta palabra. El Reino Unido ha entrado en ella y esperamos que pronto, a no ser que el ministro invente otro vocablo, España también-

    En estos momentos creemos que pasado un año, la recesión se habrá convertido en una clara depresión y se estabilizará como tal hasta los dos años y medio. Entre esas dos etapas podrán sentirse sensibles cambios que, quizá, engañen a una ciudadanía sedienta de buenas noticias; pequeñas subidas seguidas por sendas bajadas.

    En dichas estimaciones no está contemplado una guerra a lo Bush, un ataque de Al Qaeda de proporciones gigantescas, ni que Israel, Rusia o India por poner buenos ejemplos, sean gobernadas por cualquier demente ultranacionalista; como tampoco que en una gran potencia sea elegido un estadista capaz. Como podemos observar, las variables son demasiado grandes para predecir con cierta exactitud.

 

    Durante los próximos meses, las grandes empresas, algunas con razón y otras aprovechando las circunstancias, reajustarán sus plantillas dejándolas a la mitad en muchos casos, en otros el ajuste será inferior y en otros cerrarán sin más. Sus trabajadores, acostumbrados a cobrar sueldos razonablemente importantes, evitarán los contratos temporales o de inferior salario, con la esperanza de encontrar, con tiempo, uno mejor. A medida que transcurra y el seguro vaya agotándose, muchos trabajadores habrán perdido el tren del trabajo encontrándose con una masa laboral nueva, joven y mucho más profesionalizada. Entonces, el comercio, ya de por sí dañado, se resentirá mortalmente. La gran empresa cerrará alguna de sus grandes superficies en un intento de concentrar la poca venta en sus centros más rentables.

    La actual recesión no tendrá nada que ver ni será comparable a ninguna otra. El mundo financiero, por mucho que se intente salvar, quedará gravemente tocado; eso significa que la gran empresa no podrá hacer frente a la crisis con las habituales prebendas bancarias. Serán los pequeños comercios, con gastos mínimos y una estructura pequeña, los que se defenderán mejor, sobre todo los que puedan ofrecer crédito a su clientela.

    Veremos muchas grandes empresas descapitalizarse a causa de los impagos: tarjetas de crédito o pagos aplazados con financiación propia. La banca no podrá dar el suficiente crédito para mantener este nivel de morosidad, tampoco las industrias podrán soportar aplazamientos de pago o excesivos alargamientos de letras, ya que los bancos se verán impotentes para soportarlo.

    Hoy, más que nunca, vemos por quien hemos sido gobernados: un lunático egocéntrico con signos de algún tipo de drogadicción, algo idiota y con manía persecutoria. También comprobamos a lo que nos lleva un gobierno, el actual, de inseguros.

    Está claro que, por antiguas declaraciones, los actuales gobernantes españoles sabían como terminaría la burbuja inmobiliaria, sin hacer nada por evitarla.

    Posiblemente, tal como están la política y la ley, poco se podía hacer desde la administración central con algunas Cajas. La de Madrid y la de Levante, que hoy son las que en peor situación están, son dirigidas políticamente por gobiernos del PP, y todos sabemos de qué pie calzan. Las catalanas, que son las que conozco, eran reacias a dar hipotecas sin garantías, y si lo hacían era con su baremo de tasación, muy inferior al que las inmobiliarias o bancos dictaban. También el particular sistema de administrar el territorio por algunas comunidades consiguió que, pese al antiguo gobierno de la derecha, se contuviera de manera razonable la urbanización. En algunas de ellas, aun existiendo miles de viviendas sin posibilidad de venta, se encuentran entremezcladas en el territorio, pudiendo ser vendidas o alquiladas con más facilidad; mientras, en otras comunidades pueden apreciarse barrios y poblaciones en venta, vacíos y con sus ayuntamientos sin posibilidad de urbanizarlos y mantenerlos.

 

    La duración de la actual crisis será algo más larga de lo que debiera, por la dilapidación del dinero que hubiera debido servir para paliar parte de sus efectos.

    La administración ha creído que inyectando liquidez a la gran banca podría solucionar el problema, y lo único que va a conseguir es que esa enjuague con él una pequeña parte de su descalabro, alargar un par de meses su agonía. Nadie en el mundo, ni China, Japón, Rusia o los países árabes, los grandes receptores de divisas, pueden enjuagar el déficit financiero mundial. La única solución, a nuestro entender, es sacrificar la banca financiera y, con ello, el valor de sus "propiedades" hasta límites aceptables.

    ¿A qué se le puede llamar aceptable?

    A lo que el ciudadano puede pagar.

    Debemos recordar lo que es dinero, una herramienta con la que se adquiere un bien.

    El dinero debe ir en consonancia con los bienes que se pueden adquirir, nunca lo contrario.

 

    El lunes, en una reunión en la que abundaban economistas, me reía ante su insensato mundo y constataba que la economía ha sido dirigida más por la ideología, que por la inteligencia de unos señores, que nunca deberían disponer de la primera y que olvidan la segunda.

    Hoy, asombrados, vemos como los economistas de izquierdas pregonan contra la socialización de la banca y los de derechas la imploran. Sin embargo, no son los únicos que muestran signos de desequilibrio mental, sino miren ustedes lo que piensa la presidenta de la comunidad madrileña. Lo que no sé es lo que pensaban los asistentes, muchos de ellos votantes de la payasa inepta. Lo cierto es que me sabe mal por los madrileños, pero por lo menos ya tienen la explicación de tanto ladrillo mal puesto y por pagar, y que Caja Madrid no sepa de donde sacar el dinero, eso sí... con "beneficios".

 

    Este, quizá, sea el mejor momento para recordar la historia de la isla de Yap.

 

 

UNA SOLUCIÓN

       Pateras en construcción

 

    Es estúpido creer que los gobiernos no sabían lo que se avecinaba. Siempre hay alguien en el poder que conoce el problema y posee la capacidad de resolverlo; y no solo hablamos del actual gobierno sino también del anterior. Como también es una tontería creer que los presidentes de la gran banca eran ajenos a lo que en los EEUU se cocinaba.

    Nos preguntamos el por qué la comunidad occidental ha decidido parchear el actual sistema financiero sabiendo de antemano que la solución, de ser posible, no pasa por inyectarle dinero.

    La economía real es una cosa y la financiera otra. Los grandes perjudicados son los pequeños inversores, la pequeña burguesía que invirtió sus ahorros en fondos de pensiones o acciones bursátiles, un dinero parcialmente perdido que tampoco debería servir para el día a día económico, el comercio, la industria... en suma: el movimiento comercial.

    Dicho esto y aludiendo a la primera parte de este tema, nos preguntamos si alguien cree que Bush, Aznar, Rato y compañía tienen sus ahorros en algún fondo de pensiones o accionariado de dudosa solvencia.

 

    Los problemas producidos por el ultraliberalismo deben ser afrontados con soluciones ultraliberales. Y no solo por justicia, que dudo que la izquierda sea votada por muchos accionistas especulativos o propietarios de fondos de pensiones, sino por eficacia y sentido común.

    Es cierto que la economía ultraliberal se regula por sí misma, otra cosa es que se deba o no perseguir a quien se ha enriquecido a través de la estafa o apropiación de recursos destinados a otros menesteres.

    Hoy vemos a los EEUU, con un paro cercano a 7%, pasar apuros y falta de liquidez por su inestabilidad financiera, que no deja de ser el habitual problema de gastar más de lo que se produce; en este caso a causa de millones de nuevos ricos ficticios sin trabajo o con uno poco remunerado, ricos gracias a créditos que todos sabían imposibles de devolver. También a un grupo de países con una economía fuerte y estable, todo lo contrario que los EEUU, zarandeados por el mismo problema -excluimos de este grupo al Reino Unido y a España, que se hallan entre los dos-

    La economía real, pues, nada tiene que ver con la ficticia o financiera; la del trabajo, el comercio, la industria, con la fluctuable y desequilibrada del actual mundo financiero.

    Visto el problema no queda otra opción que separar las dos economías, y nada mejor para ello que disponer de dos monedas: el Dólar E, sin moneda física y el Dólar C, con ella; el € E y el C... el especulativo y el comercial. Si alguien quiere jugar, invertir en futuros hipotéticos o manipular mercados y especular, deberá utilizar el primero; para comprar o vender bienes de consumo, el segundo. Y las E, al ser libres y especulativas, deberán adaptar su valor de manera periódica con las C, de manera que las oscilaciones de una economía nunca afecten a la otra.

    Me dirán que es imposible, y no es así; que es difícil, y tampoco; que complicado... seguro que mucho menos que lo actual. Solo se debe legislar, pero claro, para eso hay que saber y tener agallas. Me dirán que un gobierno no puede, por sí solo, tomar ese camino; y les diré que sí puede, siempre y cuando legisle adecuadamente y exija unas reglas de comportamiento en su territorio.

    España, con especial fondo de garantía y los porcentajes de capital inmovilizado que exige a la banca hipotecaria, ya demuestra que puede legislar por separado. Pero precisamente España no es un ejemplo. Si el Reino Unido tiene problemas, imagínense ustedes los que van a padecer las cajas y la banca españolas y, por ende, su avalista: el Estado. Ciento cincuenta mil millones de € son, quizá, entre el cinco y el diez por ciento del previsible agujero que se avecina: la sobrevaloración de las hipotecas concedidas y, por tanto, la falta de capital real para hacerles frente, más el millón de viviendas que a fin de año estarán en venta sin posible comprador. Ustedes calculen el coste medio de una vivienda nueva y multiplíquenlo por un millón, y más o menos les saldrá la mitad del agujero, el resto serán las hipotecas impagadas.

 

 

    Hoy vemos como los jueces, irritados por lo que consideran injerencias: los comentarios del gobierno sobre la honorabilidad del Tirado aquel y sus cómplices, amenazan con una huelga. Y me río porque parece ser que trabajaban.

    Quizá a la sociedad española le conviene una huelga judicial. Podría importar jueces de otros países como hace con médicos, enfermeros y biólogos y mandar a los suyos al paro o a Somalia para hacer prácticas.

    Dicen que cada país tiene sus leyes, pero olvidan que todas se rigen por la misma, la de los hombres y que con un cursillo de apenas dos meses y unas prácticas, bastarían para su adaptación.

    ¡OH!

    Pero qué hará la banca, con tanta hipoteca y crédito impagados, sin poder ejecutar embargos y desahucios. Aunque no debemos preocuparnos, seguro que los huelguistas hallarán una solución de compromiso para solucionar el problema. No es bueno matar ni ofender al pagano.

 

 

LA ESTRATEGIA DEL AVESTRUZ

 

 

    Los políticos han hecho lo que cabía esperar de su enferma y cobarde mente: regalar cientos de miles de millones a la gran banca. Dicen que con garantías y mienten, que a la ciudadanía no va a costarle un duro y mienten. En España dicen que el dinero saldrá de la venta de deuda pública y lo hará con un interés algo superior... y mienten.

    Nada de lo que dicen es cierto por imposible, absolutamente impracticable. Ni siquiera es posible "donar" tal cantidad de dinero, porque no existe a menos que se fabrique; y lo que es imposible es volver a fingir su existencia.

    El dinero, y en eso no tienen ningún reparo en reconocerlo, es para recuperar "adquirir" las hipotecas o préstamos fallidos (malas según el argot del ministro); por tanto es una donación en toda regla a los que han prestado dinero sin garantías, pero con buen interés, y sin poder recuperarlo. Dinero ficticio negociado con préstamos extranjeros que ahora son imposibles de renegociar por falta de liquidez.

    La economía se va paralizando y el poco dinero disponible para relanzarla se regala a quien la ha estropeado sin saber como va a usarlo, si para pagar unas vacaciones a sus inteligentes consejeros o para renovar el parque automovilístico del banco. No hay control porque no puede haberlo. El dinero tiene la función de regalo. La compra (nacionalización queda feo) de los "activos malos" no sirve para nacionalizar la banca ni para adquirir acciones. El regalo no da derecho al control.

    No podemos crear inflación, no podemos subir los sueldos en función de la subida de precios... sería un suicidio económico. Sólo queda hacer que el ciudadano se ciña el cinturón, gaste menos y aprenda a adaptar su consumo en función a la riqueza que genera; que pague lo que consuma a su precio real según la oferta y demanda que haya de ello.

    Somos mil millones más de consumidores con hambre y posibilidades, y no hay suficiente cobre, cinc, arroz, maíz... para todos.

    No  podemos crear inflación, pero papá Estado, por su cuenta y enterrando la cabeza cual avestruz, todo parece indicar que ha puesto la máquina de hacer billetes en marcha. Ha descubierto que no puede permitir que la banca, el sistema en el cual cree que se sustenta el bienestar de la ciudadanía, se vaya al garete; y que no puede aceptar que el sistema liberal a ultranza hace aguas por todos sitios.

    Papá Estado prefiere que se hunda el ciudadano antes que el sistema. Cree que el primero está supeditado al segundo, que depende de él y no lo contrario.

    Si no fuera por lo que nos espera sería para reír un buen rato.

 

    Uno, que tiene la costumbre de atacar lo que piensa que está mal, ofreciendo a cambio una alternativa, esta vez va a callar. Suficiente se ha hablado sobre el tema: desde el medio ambiente, el reparto de la riqueza, la previsible escasez, la crisis energética, la estupidez del crecimiento... porque todo va ligado. La crisis financiera es una pequeñez, una tontería que en otro momento hubiera podido solucionarse con un ajuste estabilizador. El problema es mucho más profundo y grave, y parece ser que nadie piensa hacerle frente.

 

    Y aunque no sea para reírse, enlazo el último y aleccionador artículo firmado por Fidel Castro.

    Hace tiempo predije que el mundo corría tanto, que pudiera ser que algunos vieran el suyo hundirse mientras otros lo contrario.

    El pasado jueves, un famoso economista norteamericano, de esos que dirigieron la economía de su nación hace años, dijo medio en broma que el Dólar terminaría imprimiéndose con la imagen de Marx. Si alguno de ustedes ha leído "El Capital", sabrá que la actual crisis y su final está descrita hasta el último detalle en su libro, aún de texto en las facultades de economía, aunque parece que a muchos se les haya olvidado.

 

 

    Hoy reedito una foto muy curiosa de Santo Domingo, capital de la República Dominicana y ejemplo del capitalismo moderno y ultraliberal, también de su éxito según los estrategas del mismo. Algo que para algunos demuestra la bondad del ultraliberalismo (que estudien los que tengan dinero para ello).