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UN GATO EN EL BALCÓN

PARA MELYTTA

 

Educación en libertad es un buen comienzo.

Ya sé que no es total, que no es la solución absoluta, pero sí el imprescindible comienzo para llegar a ella.

A más educación en libertad, menos policía haría falta, menos inspectores de hacienda, de trabajo, de todo... Y también habría menos problemas de integración social.

Los países con más educación en libertad, tienen menos problemas de integración como, también, menos inmigrantes, ya que son más exigentes con el respeto a su sistema y costumbres.

 

Hace unos días, Zapatero llamaba la atención sobre la hipocresía de nuestra sociedad con respecto a la inmigración. Una llamada de atención tanto a sus seguidores como a los de los contrarios.

Después de todo, el peor enemigo de un recién llegado es el antiguo inmigrante afincado con cierta solidez. Eso ya ocurre en las grandes capitales europeas, las que poseen grandes cantidades de emigrantes añejos: París, Londres, Hamburgo, Marsella...

Siempre la misma historia. El peor enemigo de un proletario es otro proletario ya bien establecido.

 

Hace mucho contaba en La Crisálida nuestras aventuras inversionistas en Senegal, tanto las buenas como las malas. Las buenas han servido para crear riqueza y puestos de trabajo, las malas para perder dinero y que unos cuantos hayan sobrevivido un tiempo.

Unas inversiones ridículas si las comparamos con lo que gasta la más pequeña ONG para hacer lo mismo. Unos resultados gigantescos si los comparamos con los de la mayoría de ellas.

Y siempre lo mismo: La base del problema sigue siendo la educación en libertad. En África no existe tal cosa, ni siquiera en Senegal, que solo la poseen quien tiene la suerte de disponer dinero para pagarla, o sea, una minoría.

Hace poco, un senegalés amigo volvió a su tierra. Volvió porque lo convencimos de ello. Vendía DVDs piratillas, antes había trabajado para una empresa oficial y disponía de papeles. Llegó como tantos otros, con patera y de no disponer de papeles no hubiésemos conseguido su vuelta a casa.

Nos enteramos que disponía de tierras en un lugar conocido por nosotros, le compramos semilla de sésamo y conseguimos vender su cosecha y la de muchos otros a un gran país extranjero.

¿Un emigrante menos?

No. Más bien un hombre que vuelve al lugar donde nació, para ganarse la vida y dar trabajo a muchos otros que, así, no pensarán en marchar.

¡A joderse! Porque el problema, en el fondo, es nuestro. Necesitamos emigrantes para seguir creciendo, creciendo y creciendo.

Según los economistas, si no hay crecimiento hay pobreza. Y los españolitos, hace años que no iban de parto.

Tal vez el problema reside en nuestro sistema económico piramidal. Necesitamos inmigrantes para subsanar la falta de cotizaciones. Los receptores de hoy están cobrando gracias a los cotizantes actuales y no al ahorro de sus antiguas cotizaciones. Para que unos millones de individuos cobren sus ahorros, necesitan más millones de cotizantes. Mal vamos, la verdad, muy mal.

Creamos riqueza ficticia, que es vender nuestra tierra cada día más cara para que unos hombres compren viviendas, gracias a que vienen a raudales para construirlas.

Un pez que se muerde la cola, que su hambre es día a día creciente y cuando ya no exista cola deberá comerse la cabeza.

En otros tiempos existía lo que se denominaba período de estabilización, con eso hacían un apaño y punto. Ahora la cosa ha cambiado, ya no se pueden desarrollar esos períodos y menos con la globalización de marras.

La política económica sigue unas pautas, y la social y humana otras. El resultado es un desastre asegurado.

Deberíamos acostumbrarnos a no crecer. Incluso arriesgarnos a decrecer un poquito, no vendría nada mal un poco de dieta a nuestra sociedad, a nuestro planeta y al resto del mundo.

Menos electrodomésticos y mejores, menos créditos y endeudamiento familiar, que también significaría menos visitas a neurólogos, cardiólogos y siquiatras.

Más educación en libertad, que significaría menos alineación y más cultura.

 

2 comentarios

Anónimo -

¿alineación o alienación?

Zuriñe -

Educación, educación es lo que hace falta para pensar y reflexionar. La gente está completamente alienada. Yo lo veo todo desde el lado pesimista. Estamos muy acelerados, nadie se para a reflexionar sobre ese camino que cada año que pasa es más evidente que está avocado al fracaso. Porque como dices no tiene sentido que un senegalés, un costariceño, un keniata, un norcoreano, un albanés, etc vivan en nuestra cultura, porque no es la suya, y porque están como impostados. Enfin que esta pirámide para va estallar por muchos lados, ¿cuando? no se si viviremos para verlo. ¿He sido muy pesimista?