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UN GATO EN EL BALCÓN

UNO MENOS

 

Me entero de que ha muerto un hijo de puta, se dice que ha muerto en una celda. Es una gran cosa, pienso.
¿Se habrá suicidado?
Para el caso, da lo mismo. El resultado ha sido que, en el mundo, hay un hijo de puta menos.
Fue Clinton el que lo sacó de allí. Clinton y la determinación de unos pueblos que ansiaban su libertad.
Los europeos, algunos, estarán de luto. Entre ellos, el Felipe, su defensor a ultranza. Él, en connivencia con los franceses y unos cuantos más, impidió que la Unión tomara cartas antes y, con ello, murió mucha gente. Ya sucedió cuando Suarez quiso mandar el ejército a Guinea para derrocar al sanguinario dictador. Entonces, Felipe se negó. Los intereses franceses en la zona prevalecieron.
Posiblemente, nunca veremos a los otros hijos de puta pudrirse en la cárcel. El mundo está lleno de ellos. Son hijos de puta que llevan desesperación y muerte por donde pasan. Todos los conocemos.
Gentes que acusan a otros de poseer bombas y armas que no tienen, que invaden y matan por ello, que chulean de poseerlas ellos y tan solo ellos. Que intentan utilizar la muerte para ganar elecciones.


Lástima. Seguro que, a muchos de ellos, nunca los veremos en la cárcel.


El hijo de puta muerto, terminó en la cárcel por defender su pensamiento e ideología nacionalista con la muerte. Utilizó un mal sistema y le salió como le salió. Gobernó un país con un sistema democrático que, en el cual, solo era factible votarlo a él. Un sistema muy parecido al norteamericano, en el que sólo puedes elegir entre un hijo de puta u otro de, más o menos, igual procedencia. Los norteamericanos eligieron al borracho, el que se queda entre sorprendido y desorientado cuando debe reaccionar ante un problema.


El hijo de puta chileno, hermano ideológico de los de aquí, no terminará en la cárcel. Su edad lo impide.
Es igual, da lo mismo, los chilenos ya lo han mandado a ella de manera virtual y sicológica. Y le están quitando lo que robó. Me gustan los chilenos. Deberíamos aprender de ellos. Fungairiño, su amigo, estará triste. Y Fraga, claro, me olvidaba de Fraga... el amante ideológico del Caudillo y senador del PP, más honorífico que otra cosa.


Lo mío con Fraga es algo personal. Cuando pienso en él, sonrío. No me conoce el pobre, pero no paramos de tocarle los cojones y sé de su desesperación por ello.

 

3 comentarios

l\'agüela -

No sé qué ha pasado con la frase completa, que era:
\"mejores que tú y que yo\"
¡juro por mis gatos que la escribí y desapareció un cacho!

l\'ägüela -

Un día de estos te voy a ofrecer como regalo una buena selección de insultos, porque a las putas les tengo un respeto reverencial, y sé que la mayoría de sus hijos son mejores que tú, mientras que las mujeres decentes me inspiran horror y sus hijos me dan miedo.
Con mi ternura

Zuriñe -

Si lo de Fraga es la gran contradicción de la democracia española. En fin en todos los países ha ocurrido, tarde o temprano, algo así, sino que se lo pregunten a Alemania y la segunda mitad del siglo XX.