DOGS
Paseo, miro tiendas. S está empeñado en que lo haga. Nadie sabe él por qué vendemos si nadie vende una pirulina. Por no saber, no lo sé ni yo.
¿Será que no me fijo nunca en lo que hacen los demás?
¿Será eso?
Veo un anuncio precioso en la marquesina de una parada de buses.
Dos niñatas guapas, en edad de copular y con una sonrisa de muerte. En pocas palabras, ni una, para ser exactos, te dicen que si no haces eso, aquello o lo de más allá, eres un gilipollas. El anuncio te deja entrever que si haces, compras o pagas no se sabe el que, puedes copular con las niñatas o, cómo mínimo, compartirás su aparente felicidad. En caso de ser mujer, puedes convertirte en algo parecido a ellas, serás fantástica y podrás escoger el macho que te plazca.
¡La leche!
Mientras miro este anuncio, pienso en el tema de la Gata, el tema en el que desea que nos fijemos y propaguemos.
Y pienso en los espárragos trigueros, made in Perú, que compré en el mercado el sábado pasado. Envueltos en papel de celofán, con una etiqueta preciosa, todos ellos genéticamente idénticos, del mismo tamaño y color.
El problema es que sé de donde provienen, quien los cultiva, corta, envasa...
En su etiqueta sale estampada la figura de una gran casona con campos a su alrededor.
¿Qué hago?
¿Sigo comprándolos o los mando a la mierda?
¿Sigo comprando para el club, las camisetas fabricadas por esclavos en Bangla Desh o también las mando a la mierda?
Deliro. No sé que hacer. Como luchar contra eso.
Yo soy un hombre de acción y no sé de otras sutilezas.
Escribo escuchando “Dogs” de Pink Floyd. Me siento como un ex hippie delirante y medio pijo, cargando metafísicamente contra la sociedad que me cobija tan cómodamente.
Veo mi hija que se ha comprado una prenda de Zara.
- ¿Te gusta, papa?
- ¡OH, que bonita!
Me mira con sorpresa, por la sorna, claro. Y es que la veo cómplice de traficantes y asesinos. A ella, tan comprometida con el mundo y la justicia.
Y veo mi sobrino, al que luego deberé soportar lecciones de moralidad ecológica y tercermundista, comiendo en un Mc Donalds.
Y eso me hace pensar que los indios guaranís, los negros set, los míseros esclavos indús, todos ellos y muchos más, tienen el mismo derecho a ser tan hijos de puta como nosotros.
Exigimos que un indígena tercermundista sea bueno, manso y sano. Y, sobre todo, que se deje dar por el saco para que nosotros, los señoritos, a través de una ONG no oficial, eso sí, vayamos corriendo a socorrerlos con las sobras de nuestras sobras. Y eso, después de desgravarlas... ¡Faltaría!
Exigimos que los palestinos escojan bien el lugar donde pondrán su próxima bomba, no sea que mate civiles inocentes. Mientras, los soldados israelíes pueden utilizar niños como escudos humanos, ellos tienen todo el derecho, se lo da el Consejo de Seguridad. Los otros no, los otros deben demostrar al mundo su bondad, bajarse los pantalones y enseñar lo dilatado que tienen el ano, para que la comunidad internacional les mande su ayuda.
¡Y un cuerno!
Me gustan los hijos de puta. Sobre todo los que luchan y mueren por algo en lo que creen. A los otros los odio, son meros mercenarios y, a mí, esos ya no me engañan.
10 comentarios
pau -
Memos!
Y ya lo sé. Si el mundo no estuviese habitado por memos, o ya no existiría o sería mejor.
pau -
No podemos sacarlos de la ignorancia, tampoco nos pueden sacar a nosotros de la nuestra. Tan solo podemos respetar lo suyo, como nosotros exigimos que respeten lo nuestro.
Tampoco podemos generalizar. Los \"memos\" que se plantan el lacito rojo no suelen ser los que temen trabajar con un seropositivo.
Claro, cada uno lucha a su manera. Yo nunca me pondré el lacito rojo, por la sencilla razón, que ni puñetera falta me hace. Y por lo visto ese es, también, tu caso.
El que se revuelve contra una determinada injusticia, generalmente se revuelve contra todas. Acusamos a unos de que se manifiestan y luego no hacen nada por y para... Pero, realmente, tan solo sabemos que se manifiestan contra algo, que ni a ti ni a mí nos gusta. No sabemos si traicionan su espíritu con lo demás, los acusamos de algo que no sabemos.
Memos? Pues sí, para nosotros, sí. Nosotros preferimos montar menos numeritos y actuar más. Ellos no. Tendrán sus explicaciones, digo yo.
C.B. -
Para enfrentarse a las injusticias debes estar seguro de que tu sistema sí es justo, que no hay desequilibrios, que no sucede nada anormal. ¿Es eso así? No. Así que vamos a luchar.... ¡por el botellón n la calle! ¡qué injusticia que no nos dejen beber en la calle con lo caras que son las copas en los bares!... pura mentecatez que después se apropia del discurso de los guaraníes y se \'hace\' defensor de sus derechos sin saber ni antecedentes ni historia ni absolutamente nada. ¿Aceptarías abandonar una tierra que legalmente te pertenece y que ahora está en manos de un tipo al que no conoces que se aprovecha de tu trabajo? ¿cogerías las armas? Los guaraníes aceptan y no cogen las armas... ¿qué pintamos nosotros? ¿es que somos mucho más listos y más inteligentes que ellos? Pues vayamos hasta allí y saquémosles de la ignorancia o ¿es que esperamos que tengan acceso a internet con ADSL y lean todos los panegíricos que se hacen de ellos y con eso se sientan apoyados y respaldados?
C.B. -
C.B. -
pau -
Cómo luchar contra esos sátrapas desde nuestro cómodo cubil? Eso tampoco lo aclaras.
Sí, lo que debemos hacer es limpiar de mierda, nuestra casa, expulsar los políticos que se benefician con su complicidad. Entonces habremos comenzado a expulsar a los sátrapas.
pau -
No, no quería decir nada de eso con respecto a Zara, con los trabajadores de Zara, con los contratos basura de Zara.
Sí con los presuntos beneficios de Zara, con la complicidad del que compra Zara sabiendo lo que es... y mi hija lo sabe.
No se trata de culpabilizar al consciente responsable, sino de hacerlo al consciente que se queja del sistema. Tú compras Zara y sabes a lo que se dedica, no lloras después quejándote de ello... ella sí llora.
Si fabricas algo en Senegal y lo vendes luego en España, te sale caro. Curioso, no?
Pagas poco y termina caro. Nosotros luchamos contra ello y, por ahora, perdemos millones y la partida, pero sabemos que venceremos.
Cuando digo buenos y mansos, me refiero a otra cosa... Pero tal vez tengas razón y todo termina relacionandose con el dinero.
La verdad es que el mundo textil es una mierda. En Senegal no podemos fabricar porque no hay buen hilo, dirás que lo compremos aquí y lo llevemos allí. Pues no, la cosa es difícil. El hilo, en el remoto caso de llegar, no lo haría bien. Pero eso es otra historia. Por ahora sale mejor el cultivar sésamo, cacahuete y traer pescado. Y, sobre todo, tenerlo vendido y medio cobrado antes de recolectarlo. Ya sabes...
C.B. -
Si trasladaras tu fabricación a Senegal, pagando sueldo estupendos en Senegal y tratando a tus trabajadores con respeto, ¿abaratarías costes? ¿podría decir que, como tienes la planta de fabricación en Senegal, estás explotando a esos trabajadores que cobran menos que aquí y no tienen ni seguridad social?
C.B. -
Sí, es todo muy... conmovedor.
C.B. -
Lo más fascinante de los que se oponen a la esclavitud no es que les resulte abominable por sí misma, sino que su objetivo es que mejoren sus condiciones laborales. De alguna forma, es más de lo mismo porque no cabe el deseo de no-trabajar, no en los que se oponen a la esclavitud. ¿Crees que si se eliminan las subvenciones agrícolas no aparecerán esclavos en la europa llena de valores y principios que blablablabla? ¡si ya existen!