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UN GATO EN EL BALCÓN

UNA SOLUCIÓN

       Pateras en construcción

 

    Es estúpido creer que los gobiernos no sabían lo que se avecinaba. Siempre hay alguien en el poder que conoce el problema y posee la capacidad de resolverlo; y no solo hablamos del actual gobierno sino también del anterior. Como también es una tontería creer que los presidentes de la gran banca eran ajenos a lo que en los EEUU se cocinaba.

    Nos preguntamos el por qué la comunidad occidental ha decidido parchear el actual sistema financiero sabiendo de antemano que la solución, de ser posible, no pasa por inyectarle dinero.

    La economía real es una cosa y la financiera otra. Los grandes perjudicados son los pequeños inversores, la pequeña burguesía que invirtió sus ahorros en fondos de pensiones o acciones bursátiles, un dinero parcialmente perdido que tampoco debería servir para el día a día económico, el comercio, la industria... en suma: el movimiento comercial.

    Dicho esto y aludiendo a la primera parte de este tema, nos preguntamos si alguien cree que Bush, Aznar, Rato y compañía tienen sus ahorros en algún fondo de pensiones o accionariado de dudosa solvencia.

 

    Los problemas producidos por el ultraliberalismo deben ser afrontados con soluciones ultraliberales. Y no solo por justicia, que dudo que la izquierda sea votada por muchos accionistas especulativos o propietarios de fondos de pensiones, sino por eficacia y sentido común.

    Es cierto que la economía ultraliberal se regula por sí misma, otra cosa es que se deba o no perseguir a quien se ha enriquecido a través de la estafa o apropiación de recursos destinados a otros menesteres.

    Hoy vemos a los EEUU, con un paro cercano a 7%, pasar apuros y falta de liquidez por su inestabilidad financiera, que no deja de ser el habitual problema de gastar más de lo que se produce; en este caso a causa de millones de nuevos ricos ficticios sin trabajo o con uno poco remunerado, ricos gracias a créditos que todos sabían imposibles de devolver. También a un grupo de países con una economía fuerte y estable, todo lo contrario que los EEUU, zarandeados por el mismo problema -excluimos de este grupo al Reino Unido y a España, que se hallan entre los dos-

    La economía real, pues, nada tiene que ver con la ficticia o financiera; la del trabajo, el comercio, la industria, con la fluctuable y desequilibrada del actual mundo financiero.

    Visto el problema no queda otra opción que separar las dos economías, y nada mejor para ello que disponer de dos monedas: el Dólar E, sin moneda física y el Dólar C, con ella; el € E y el C... el especulativo y el comercial. Si alguien quiere jugar, invertir en futuros hipotéticos o manipular mercados y especular, deberá utilizar el primero; para comprar o vender bienes de consumo, el segundo. Y las E, al ser libres y especulativas, deberán adaptar su valor de manera periódica con las C, de manera que las oscilaciones de una economía nunca afecten a la otra.

    Me dirán que es imposible, y no es así; que es difícil, y tampoco; que complicado... seguro que mucho menos que lo actual. Solo se debe legislar, pero claro, para eso hay que saber y tener agallas. Me dirán que un gobierno no puede, por sí solo, tomar ese camino; y les diré que sí puede, siempre y cuando legisle adecuadamente y exija unas reglas de comportamiento en su territorio.

    España, con especial fondo de garantía y los porcentajes de capital inmovilizado que exige a la banca hipotecaria, ya demuestra que puede legislar por separado. Pero precisamente España no es un ejemplo. Si el Reino Unido tiene problemas, imagínense ustedes los que van a padecer las cajas y la banca españolas y, por ende, su avalista: el Estado. Ciento cincuenta mil millones de € son, quizá, entre el cinco y el diez por ciento del previsible agujero que se avecina: la sobrevaloración de las hipotecas concedidas y, por tanto, la falta de capital real para hacerles frente, más el millón de viviendas que a fin de año estarán en venta sin posible comprador. Ustedes calculen el coste medio de una vivienda nueva y multiplíquenlo por un millón, y más o menos les saldrá la mitad del agujero, el resto serán las hipotecas impagadas.

 

 

    Hoy vemos como los jueces, irritados por lo que consideran injerencias: los comentarios del gobierno sobre la honorabilidad del Tirado aquel y sus cómplices, amenazan con una huelga. Y me río porque parece ser que trabajaban.

    Quizá a la sociedad española le conviene una huelga judicial. Podría importar jueces de otros países como hace con médicos, enfermeros y biólogos y mandar a los suyos al paro o a Somalia para hacer prácticas.

    Dicen que cada país tiene sus leyes, pero olvidan que todas se rigen por la misma, la de los hombres y que con un cursillo de apenas dos meses y unas prácticas, bastarían para su adaptación.

    ¡OH!

    Pero qué hará la banca, con tanta hipoteca y crédito impagados, sin poder ejecutar embargos y desahucios. Aunque no debemos preocuparnos, seguro que los huelguistas hallarán una solución de compromiso para solucionar el problema. No es bueno matar ni ofender al pagano.

 

 

3 comentarios

Pcbcarp -

¡Caramba! Si yo había hecho un comentario a este postio el otro día y resulta que no está...

Bueno. Mañana vuelvo que no voy a meter la pata, que es muy tarde.

Pau -

Para responder o seguir este diálogo necesitaríamos algo mucho más grande e intenso que un vulgar blog de opinión.
La primera parte de tu comentario me parece algo... ¿ingenuo?
No es tan ingenuo pensar que en el poder existiera alguien con suficiente capacidad para saber lo que se cocinaba, como también con el suficiente poder para pararlo. Hacía mucho que se sabía que la economía real estaba supeditada a la ficticia hinchada como un globo, otra cosa es que alguien tuviese el suficiente valor para parar y deshincharla. Es más sencillo y políticamente rentable decir que todo va bien y que vivimos en una edad de oro, esperando que el próximo sea el que deba lidiar con el toro. Podríamos decir que eso es algo parecido a la idea que se tiene de la energía atómica (hoy no sabemos que hacer con ello, pero mañana dios proveerá).
La economía real pasa por la necesidad de la manutención, por tanto, el trabajo o lo que en mi tierra se le llama: buscarse la habichuelas. Esa economía hace que, de ser necesario, se muevan montañas. La gente necesita comer, moverse, negociar... y para ello inventa, crea, produce, etc. La economía financiera "actual" se mueve por hipotéticos, futuros ficticios o bienes inexistentes (se ha llegado al límite de especular con cosechas de cereales, sésamo, etc sin aún haber sido plantadas y que los potenciales cosechadores se enteraran). La economía financiera (si puede llamarse como tal) ha abandonado el mundo real al sobrepasar el límite de lo posible: vender algo que no existe o valorar un bien sin tener en cuenta su valor real (el que el ciudadano puede pagar por él).
El campesino debe producir lo que el ciudadano precisa y, por tanto, demanda; de ser así, el campesino no debería padecer los embates de la crisis, sea financiera o de consumo. Otra cosa es que el poder intente, ¿cómo no? traspasar el peso de su desaguisado al bolsillo del campesino u obrero; algo suicida porque, a fin de cuentas, es el último eslabón productivo y consumidor, el necesario para salir del entuerto.
Todos seremos grandes perjudicados. Yo mismo lo soy sin necesidad de poseer fondos de pensiones ni accionariado poco solvente. Mi industria padece la crisis y disminuye su producción y beneficios. Pero está claro que el "gran" perjudicado será aquel que haya confiado sus ahorros y "futuro" en fondos de inversión especulativos. Son mayoría los que sus intereses dependen del coeficiente bursátil, y esos ven con horror como su dinero, que en principio debía aumentar, disminuye. Dudo que el obrero, labrador, etc. disponga de fondos de inversión, aparte de su participación obligatoria en los del Estado.
También cabe la posibilidad que el Estado sacrifique sus compromisos en beneficio de los de su competencia, lo que significaría su desaparición. Lo que está claro es que dinero para todo no hay.
No sé lo que va a pasar en Bangla Desh aunque lo temo, pero sí sé que en China su gobierno está traspasando el consumo a su propia población con bastante éxito. En China cada día... cada seis meses hay un millón de nuevos consumidores (según los parámetros internacionales: un millón de nuevos millonarios). La India es otra cosa y la comunidad internacional debería ser cauta en eso. La India no para de crecer demográficamente y su sociedad aún se basa en “castas”. Una bomba de relojería social de ¿imprevisibles? consecuencias.
Sigo dudando que Aznar, Clinton etc. (de Zapatero no hablo) tengan sus ahorros en fondos de inversión de dudosa procedencia, lo que es seguro es que sus empresas venden menos, produzcan menos beneficios... como la mía o la de cualquiera; por tanto, serán menos ricos, pero no se arruinarán; en todo caso se habrán apropiado (legalmente, claro) de algunos activos externos provenientes de la ruina que ha provocado la sección especulativa de sus empresas.
No creo que sea bueno eliminar el dinero fiduciario, hay demasiado y aunque carezca de valor contrastado tiene una base, aunque hipotética, lo suficientemente posible para mantener un tipo de valor. No podemos, de un plumazo, hacer desaparecer una economía con miles de trabajadores, oficinas, empresas... Mejor ponerla al día aunque sea con el sacrificio de una parte de ella.

En España, aunque a algunos les cueste reconocerlo, ya tenemos un buen ejemplo con “Fórum Filatélico” Una empresa que vendía ficción en forma de fondo de pensiones. La gente ha perdido sus ahorros, pero solo en parte, la que no existía. ¿Por qué el resto debe ser diferente? ¿Por qué era legal y “trasparente”? Pues, de ser así, el Estado debe asumir su responsabilidad, pero sólo en la parte que le toca, la de la base de unos fondos con riesgo.
Si un ciudadano deposita sus ahorros en un fondo en el que los beneficios dependen del alza o baja bursátil, lo que hace es jugar a la bolsa. Si un ciudadano deposita sus ahorros en un fondo que depende del alza o baja inmobiliaria, pues...

Ramon Mier -

La idea de que "Siempre hay alguien en el poder que conoce el problema y posee la capacidad de resolverlo" me parece de una ingenuidad conmovedora.

Sin embargo estoy de acuerdo contigo en que la solución para los problemas del sistema financiero no pasa por inyectarle dinero.

En lo que estoy fundamentalmente en desacuerdo contigo es en que la economía financiera y la real sean cosas distintas o que los grandes perjudicados son los pequeños inversores, la pequeña burguesía.

Los grandes perjudicados serán las clases obreras al rededor del mundo, particularmente ne las naciones mas pobres, los campesinos, todos aquellos que no tienen ahorros y patrimonio. La pasará bastante peor un obrero de línea en China o en Bangladesh que se quede sin empleo que un pequeño burquez que haya visto disminuir en un 20 o 30 o 50% sus ahorros.

Por uno, yo si creo que Bush, Azanar y Rato (y Clinton y Zapatero)hayan tenido dinero invertido en fondos y valores que han sufrido pérdidas, al igual que los tres hombres más ricos del mundo (Buffet, Slim, Gates) que han visto disminuir el valor de sus fortunas aceleradamente en las últimas semanas. Pero no la pasarán mal, seguirán siendo increíblemente ricos.

Estoy en desacuerdo con tu afirmación de que "Los problemas producidos por el ultraliberalismo deben ser afrontados con soluciones ultraliberales" por lo que hace a la primera parte, pues en este problema los gobiernos, particularmente el de estados unidos al promover a través de las empresas gubernalmente patrocinadas Fannie Mae y Fredie Mac el otorgamiento y comercialización de créditos hipotecarios de baja calidad tienen una gran responsabilidad, pero voy de acuerdo en la aplicación de soluciones "ultraliberales" si por ello se entiende a no socializar las pérdidas a través de la intervención gubernamental con recursos que tarde o temprano pagarán los ciudadanos.

Encuentro tu propuesta esencialmente correcta pues va dirigida a contrarrestar el efecto perverso que tiene el exceso de dinero en los mercados (exceso de dinero promovido desde los bancos centrales, es decir desde el gobierno). Pero se puede obtener lo mismo a través de la eliminación del dinero fiduciario.

saludos