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UN GATO EN EL BALCÓN

SOBRE LA REFORMA CONSTITUCIONAL BOLIVARIANA

 

 

 

    Cada día me sorprende más la alineación de personas que en teoría no deberían estarlo por su capacidad de información o por lo mucho que se jactan de poseer.

 

    Todo parece indicar que, en poco tiempo, el gobierno venezolano presentará para su aprobación en plebiscito un proyecto de reforma constitucional, que no una nueva constitución como la mayoría de los que tanto hablan de ella creen. Dicha reforma solo afecta a algunos artículos, sobre todo a los referentes a la organización territorial, a los que dictan el sistema económico y distribuyen las riquezas entre Estados y la solidaridad entre ellos. -Venezuela es una federación de Estados muy descentralizada-

    Creo que, con la reforma, los distintos Estados perderán una importante parte de su independencia, por lo menos en lo que a economía se refiere. Es sorprendente que el Poder Nacional pueda decidir el reparto de recursos a su libre albedrío.

    En España hemos visto como unos gobiernos, por simpatía o antipatía hacia una ciudadanía, dejaban sin inversiones y recursos a una comunidad determinada, como castigándola por su poca fidelidad al partido en cuestión. Esas situaciones, como actualmente se ve,  pueden conllevar la destrucción misma del Estado.

    Debería ser impensable la inexistencia de una mecánica protocolaria que garantizara la financiación de cada Comunidad o Estado autónomo en su justa proporción y medida, como también que dicho sistema no se contemplara bien documentadamente en cualquier Constitución. En la reforma constitucional bolivariana no solo se desatiende este asunto sino que, creo, se desarma económicamente a los distintos Estados. A mi modo de ver un grave error, el mismo que arrastramos en nuestra Nación, obligando ahora que cada Comunidad autónoma regule unilateralmente su nivel de participación en el Estado.

    El resto de los artículos reformados solo inciden en la socialización del Estado en todo su conjunto, tanto en lo económico y físico (tierras), como en la participación social y legislativa, salvo en la capacidad electoral del presidente de la República, que pasa a poder ser reelegido de por vida y en periodos de siete años.

    Creo, por mucho que no sea el más indicado para decirlo por ser ciudadano de un Estado en el que su presidente fue elegido por un sátrapa y su jefe del ejecutivo también puede ser reelegido permanentemente, que la posibilidad de reelección indefinida de un mismo presidente de la República es un error.

    En todo caso la Constitución venezolana, gracias a su reforma, pasará a ser una de las más modernas y democráticas del mundo en lo que a participación ciudadana se refiere.

    En lo que respecta al desarrollo social, económico y participativo la Constitución bolivariana es absolutamente revolucionaria, tanto que no me extraña el deseo de alargar el mandato de su promotor. Dicha Constitución, para que pueda ser llevada a cabo con un mínimo presupuesto de éxito, necesita de una larga etapa de gobiernos fuertes y con continuidad ejecutiva, por lo menos entre veinte y veinticinco años, para que la Nación se acostumbre a ella y la canibalice. Venezuela, a partir de ahora, recibirá muchas presiones tanto desde dentro como desde fuera de su territorio para, primero, desestabilizarla, y segundo, desmembrarla.

    A ningún empresario, pequeño, mediano o grande le va a gustar ver una competencia apoyada económicamente por el Estado, por tanto, por él mismo, y autogestionada. Una competencia desleal que, en principio, absorberá la mejor y más preparada mano de obra, los créditos a bajo interés, las exenciones fiscales y las ayudas para establecerse.

    Lo mejor de todo ello, siempre desde mi opinión, es que se crearán multitud de puestos de trabajo, nuevas empresas, ideas empresariales y productivas completamente vanguardistas, como también los antiguos empresarios deberán buscar nuevos sistemas productivos y crear y desarrollar productos de más calidad y plusvalía para la Nación.

    No podrán seguir durmiendo en unos falsos laureles como ha estado sucediendo hasta ahora, o no reinvertir en sus empresas.

 

    Y ahora la pregunta:

    ¿A qué gobierno de nuestro orbe le conviene que dicha reforma constitucional triunfe?   

    Exceptuando a los socialistas de su entorno, -no Brasil o Chile que más bien son “centristas”- a nadie.

    Venezuela a pasado de ser la simpática experiencia de un egocéntrico iluminado, a ser un engorro para el buen orden neoliberal capitalista, y que a todas luces funciona. Para ello solo hace falta mirar el desarrollo y crecimiento interior de Venezuela, no el de las exportaciones de crudo, sino el de la pequeña y mediana empresa, el consumo interno, la erradicación de algunas enfermedades endémicas en la zona, la alfabetización de la sociedad, etc.

 

 

 

 

5 comentarios

María -

Creo que Chavez es más de lo mismo... No deja de ser un gobernante acorde al fin del imperio.
Y lo mismo que pasa en España, pasa en Venezuela, en Argentina, en EEUU, en el mundo...
Los políticos, sean de donde sean, son todos iguales, Pau... Todos mienten, y en lo único que piensan, es en llenarse los bolsillos... sean del partido que sean.
Son todos una nube de pedos... lástima que cuando "llueve", tenemos que respirar ese aire...

Besotes

Juan Cosaco -

Creo que lo has explicado bastante bien y estoy de acuerdo. El otro día leí que Chavez ha creado supermercados públicos que dan los productos a mitad de precio. Que siga con el resto de la nación y ojalá lo consiga.
Salud!

fiorella -

Pau,me encantò leerte.UN beso

pau -

No juzgo ni entro en consideraciones con respecto a la calidad humana o la sinceridad de Chavez. Solo constato unos hechos hoy por hoy irrefutables.
En este momento, lo más seguro es que cientos de políticos, periodistas y voceros de medio mundo estén publicando por enésima vez que la reforma es una nueva Constitución, y que solo sirve para que un hombre se reelija a sí mismo, para embolsarse el dinero del país, etc. De eso ya estamos acostumbrados aquí en España.
Primero no juzgo porque no puedo y, segundo, porque no soy venezolano.
Si esta reforma constitucional se planteara en España votaría NO, pero de ser venezolano me lo replantearía. Pero este tema no está escrito para reflejar la ideología de su creador ni la simpatía o antipatía que le merece el individuo en cuestión. Solo lo está para reflexionar sobre un cambio político desarrollado a partir de un movimiento democrático de calidad extrema, por el lugar y la situación en que se encuentra; y los resultados de participación y reparto económico que se pueden obtener de él.
Por descontado, de ser venezolano despreciaría a la oposición política por mentirosa, traidora, golpista y absolutamente corrupta. Y todo eso sí que está demostrado con creces.
Un saludo.

David -

Mira, de Chavez preferiría no tener que hablar. Y no por lo que pasó con el Rey de España, al que los españoles tenemos en gran aprecio, sino por la de mentiras que cuenta, sobretodo a su propio pueblo.