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UN GATO EN EL BALCÓN

IMPARABLE RACISMO

 

 

  Constantemente recibimos mensajes racistas. Los recibimos desde un abanico, día a día, ideológico más amplio.

  Hace tiempo me quejaba en La Crisálida sobre el pensamiento de la mujer que limpia mi empresa. Sobre lo que pensaba y creía, sobre el trabajo que presumiblemente pretendían robar a su esposo.

  Hace nada, pocos días, esa misma mujer montó un cirio en un hospital de la seguridad social. Su esposo, habiendo sufrido un percance con su camión, le dolía las cervicales. Fue a urgencias y al ver que una "mora" habiendo llegado después, entraba antes. Su cultura no permitió pensar que su dolencia podía precisar un tipo de atención distinta, tampoco le permitió pensar que la "mora" podía estar gravemente enferma y, por tanto, precisar la urgencia. La cuestión es que montó un escándalo. Después, una vez en la empresa, intenté infructuosamente demostrarle lo equivocada que podía estar, digo infructuosamente porque ni mis mejores artes pudieron convencerla.

  ¿De qué la podía convencer?

  ¿De su estupidez?

  ¿De su falta de cultura... humanidad, tal vez?

  No, no puede aceptar que una "mora" tenga el mismo derecho que ella, tampoco que pueda equivocarse, tampoco que se le pueda acusar de racista... la única salida es no escuchar, gritar y encerrarse indefinidamente en su estupidez.

 

  Hablo con Jota, un influyente político de izquierdas. Le cuento la historia creyendo que la cosa no pasará de la mera anécdota.

  - La culpa es de la sociedad – me dice.

  - ¿Estás loco?

  - La sociedad, los medios... hacen que si no tratamos a los inmigrantes de manera prioritaria nos acusen de racistas.

  Entonces me cuenta una historia... Hace poco cerraron un almacén de alimentación china, lo habían visitado tres veces y no hizo caso. Vendía productos caducados o sin fecha. Al día siguiente del cierre llamó el cónsul chino cabreado. Terminó su discurso diciendo que en su país, esas cosas no ocurrían.

  Mi amigo me explica que, de ser un nacional, no lo hubiesen avisado tres veces en un año, que con los extranjeros deben ir con pies de plomo, no sea caso que los acusen de racistas.

  No puedo responder a tal estupidez. Para mí, un moro, chino o cristiano deben ser iguales. Si se trata mejor a un chino por ser tal, es que la administración falla y no la sociedad.

  Vamos bien si un dirigente socialista piensa así, un dirigente que hace media vida se peleaba con la policía por las calles de Barcelona.

 

  Llego a casa y comento el asunto con mi mujer...

  - Es que se abusa – dice. – Hace poco, en el mercado, una mujer se quejaba que su madre estaba en lista de espera esperando una prótesis de cadera, la espera era tan larga que quedaría coja de por vida. Mientras, la morita de las verduras había traído a su madre de Tánger simulado una caída y, por urgencias, le habían injertado la misma prótesis. Es una injusticia...

  Mi mujer sabe de lo que habla. La abuela mora tenía la cadera tan jodida que estaba al punto de la necrosis, por tanto, los médicos hicieron lo que debían.

  ¿Llamaron después a la administración?

  ¿Cursaron la denuncia?

  Porque de seguro supieron que una cadera tan jodida no era de una caída reciente.

  Algo falla y no es precisamente la sociedad quien lo hace.

  Estamos creando las circunstancias para desarrollar una sociedad racista y los políticos no mueven ficha. Ellos tienen prioridad sanitaria, una mutua de pago, son clase pudiente y no se enteran, por muy socialistas, comunistas o verdes que sean.

 

 

6 comentarios

Portorosa -

Bueno, es que por supuesto que nosotros hemos hecho casi todo lo que "nos" hacen los inmigrantes ahora. Y más los gallegos.

Un abrazo.

pau -

Los gobiernos de derechas, por su idiosincrasia, invierten poco en casi todo lo público. Eso es una cosa que a nadie debería extrañar... pero extraña.
La diferencia entre derecha e izquierda se basa en el reparto de los presupuestos. En Catalunya sabemos lo que es eso, ya que estuvimos hasta hace poco gobernados por la derecha desde que se creó la democracia.
Las ayudas a las rentas bajas son, generalmente, absorbidas por los inmigrantes, pero no por serlo sino por su falta de renta.
De ahí a que los nacionales menos favorecidos tengan tendencias racistas. A ellos les parece que el inmigrante les roba algo que es suyo. Por ello se debe ser muy riguroso al dar la información y reparto de dichas ayudas.
El problema de la sanidad no es sólo anecdótico, es masivo. Los inmigrantes, como tú harías en su caso, se traen la familia enferma para, después, simular un accidente o haber enfermado aquí.
Lo terrible es que eso no lo hacen solamente los "turistas" del tercer mundo, también lo hacen los británicos y con anuncios en sus periódicos... "Turismo sanitario" le llaman.
Ah! Pero con esos no hay racismo, son blanquitos como nosotros y aunque no produzcan bienes en nuestro país, vienen descaradamente a utilizar sus servicios.
¿Y dices que eso es anecdótico?
Pues si leyeras los diarios de los años 50 y 60 de Suiza, Alemania o Francia... sabrías que los españoles hacían lo mismo que, ahora aquí, los marroquíes.

Portorosa -

El otro día oí a un votante de izquierdas que en otros temas alardea de progresista quejarse de que una cosa era que vinieran aquí los inmigrantes y tuvieran derechos, y otra que les pagáramos la sanidad... Manda carallo.

Un abrazo, Pau.

Juan Cosaco -

¿Ahora va a resultar que a los inmigrantes se les trata mejor que a los españoles??
Venga, Pau, que haya algún caso no deja de ser anecdótico... mira, en mi tierra ha corrido el bulo durante años de que los inmigrantes colapsaban los centros de salud y se quedaban con la mayor parte de las viviendas de protección oficial... autenticas mentiras que esconden la realidad que es que el gobierno de derechas que tenemos hace años que no invierte en hospitales a pesar de que la población ha aumentado. Y las vpos van al 90% para los de aquí, comprobado, porque se inventaron unos baremos imposibles para los inmigrantes: tienen más puntos los chicos de papá que viven en casa de sus padres que un inmigrante con 4 hijos. NO es broma.

pau -

Pienso que el culpable es la administración por no saber poner en su sitio a cada uno.
Mientras la administración tema eso y a tratar a todos por igual, siempre habrá racismo.
No es cuestión de abandonar al emigrante, pero sí de explicarle cuales son sus derechos y obligaciones, una vez solucionado eso y aceptados por él, debería convertirse en nacional con todas sus consecuencias.
La cadera de la abuela debería haber sido curada en Marruecos, si la sanidad de allí funciona de puta pena, son los marroquíes los que deben exigir que funcione y no nosotros curarla.
Si la sanidad española la cura, debe pagar el gobierno marroquí como responsable final. Pero no, no paga porque no existe un protocolo administrativo que pueda facturar ni contabilizar el gasto ocasionado.
Si eso se hiciera bien, la sanidad marroquí cambiaría a la fuerza, y la mujer del mercado no tendría posibilidad de ser racista.

Ruth -

Creo que no entiendo muy bien por qué tú piensas que los políticos tienen la culpa. Yo también soy de las que piensa que la culpa es de la sociedad, de los medios de comunicación -que parece que sólo anuncian ataques o robos si los han cometido gente de fuera-, de la señora de la limpieza que ni entiende ni quiere entender que las necesidades básicas son igual de básicas para unos y para otros, de mi madre que dice que ella no es racista, sólo con los moros y los gitanos... Nos da miedo todo lo que es distinto, y a la vez nos gusta tachar de racista a todo aquel que trata de convertir a los de fuera en "uno más".
No sé cuál es la solución, ni si la habrá. Pero vamos a tener que oír muchos más casos como los que tú has contado.