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UN GATO EN EL BALCÓN

¿LEGÍTIMA VIOLENCIA?

 

¿Es legítima la violencia contra una sociedad opresora?

Pero primero nos deberíamos preguntar si la violencia es legítima de por sí. Entonces, claramente debemos pensar que no, que la violencia no es legítima ya que, en principio, la sociedad dispone de mecanismos para dirimir sus diferencias. El problema que se nos plantea es si existen o no dichos mecanismos, o en el caso de existir si están supeditados bastardamente a una de las partes en litigio.

Pongamos por el caso que una sociedad intente dirimir sus diferencias por cauces pacíficos y democráticos pero cuando se busca utilizar dichos cauces, una parte del conflicto, la mayoritaria, niega esta posibilidad. Entonces entramos de lleno en la utilización de la violencia frente a una opresión absolutista.

 

Disponemos de poca memoria, sobre todo en lo que a nosotros nos atañe. Creemos demasiado fácilmente en lo que se nos dice, sobre todo si viene impreso en papel y con membrete oficioso.

Francia, durante la sangrienta, asesina y criminal guerra de liberación argelina, estaba regida por una presunta democracia.

Los EEUU, durante su invasión de Irak, ha sido regida por otra presunta democracia, igual que España durante la misma acción.

Se busca al culpable, se le identifica pero no se le puede juzgar ya que era el representante legítimo de un Estado, sobre todo si ha sido votado en democracia.

Entonces, ¿quién es el culpable del posible crimen?

Evidentemente, en primer lugar, sus votantes y, en segundo, el resto de la población.

¿Es legítima la violencia contra el invasor?

Está claro que nadie, hoy por hoy, ni siquiera los que la han propiciado, pueden negar tal legitimidad.

 

Y volviendo a lo que nos ocupa.

Cuando a un grupo de hombres se les impide bajo presión sicológica, legal o, incluso, amparándose en la religión, decidir por sí solos su futuro, se incumple un derecho básico, aun siendo bajo el paraguas de una hipotética democracia. Entonces, sin duda, esos hombres deben buscar otra salida, sea a partir de desobediencia civil o reacción violenta.

La desobediencia civil funciona cuando la parte oprimida supera en su territorio y de manera abrumadora, a la parte opresora (léase la India de Gandhi). Cuando no es así y la parte opresora aprovecha su mayoría para evitar la libre determinación de la minoría, no queda otra salida que la violencia (léase Palestina). Creo que los ejemplos hablan por sí solos, nos encontramos ante dos Estados “democráticos” que optaron por la opresión y sumisión de una parte del territorio gobernado por ellos.

 

La violencia puede ejercerse de diversas formas ante un conflicto:

En una guerra convencional puede desarrollarse de manera total a efectos de eliminar al contendiente de la manera más rápida y total posible. Como ejemplos recientes disponemos la destrucción de poblaciones enteras rusas por parte del ejército alemán, el bombardeo británico de Dresde con fósforo o los ataques nucleares norteamericanos sobre Japón. Tres ejemplos de eliminación física estudiada concienzudamente; la primera, por órdenes expresas del alto mando alemán para eliminar la raza eslava de dichas poblaciones, ante la próxima colonización de la germánica; la segunda, para estudiar los efectos del terror del fuego en la sociedad alemana y la tercera, para estudiar los efectos destructivos in situ del arma nuclear y, de paso, lanzar un aviso al aliado soviético, a fin de evitar su invasión del norte de Japón como estaba previsto.

En una liberación, la violencia la desarrolla la parte de sociedad que se siente oprimida. Se puede actuar sólo contra las fuerzas ocupantes o añadir, también, a la población que consiente dicha ocupación. Como ejemplo disponemos a Palestina, Irak o incluso la Francia ocupada por los nazis.

En la represión sobrevenida después de un golpe de Estado más o menos cruento, se intenta eliminar físicamente parte de la sociedad contraria, la capaz de frenar lo proyectado por la gobernante. Como ejemplo disponemos las dictaduras de América latina o la española en su primer decenio.

Hay un tipo de violencia más controlado, ésta es la que ejercen pequeños grupos que ven sus libertades menguadas por una parte mayoritaria de la sociedad, grupos minoritarios que tampoco desean una rotura absoluta con el grupo opresor, y tan solo intentan doblegarlo de la única manera que creen posible; esos grupos, por su capacidad y rechazo público y mediático que ocasionan, no llegan casi nunca a buen puerto en su lucha. Como ejemplo de grupo que consigue parte de su meta tenemos al IRA y a ETA como el que no llega, por ahora, a nada.

Existe otro tipo de violencia, más precisa y eficaz, sin ruido ni publicidad y, por tanto, desconocida para casi todo el mundo. Pero, por ahora, ésta no tiene nada que ver con el problema que nos preocupa, o eso creo yo.

 

En suma, toda violencia queda automáticamente legitimada por el grupo de sociedad triunfante, más si él consigue asentarse con el tiempo.

En el caso que las dictaduras de América latina hubiesen prosperado, la legitimidad de su violencia hubiese quedado asegurada por el enquistamiento y la religión, como sucedió en el caso español.

En el caso de la guerra mundial, nadie se atreve a juzgar la matanza indiscriminada de Dresde o el ataque nuclear sobre dos ciudades japonesas; en cambio, se ve con horror la limpieza étnica de los alemanes en Rusia y Ucrania, siendo por ello juzgados sus culpables.

En el caso palestino, sus combatientes son extraditados a Israel como vulgares terroristas, pero a nadie se le ocurre investigar a los soldados del Tshal, involucrados en las matanzas de los campos de refugiados de Gaza utilizando niños como escudos humanos.

 

¿Es legítima la violencia contra una sociedad opresora?

He aquí la pregunta que nos ocupa, deseando fervientemente que alguien me convenza de manera negativa.

 

3 comentarios

pau -

Sigo creyendo en la legítima defensa, en cuanto la palabra legítima sea considerada la lucha por una libertad sometida, o por simple ley basada en la humanidad.
Ya sé que eso es ambiguo.
¿Qué ley puede considerarse humana?
¿Quién puede sentirse legitimado para dictarla?
Hemos de ser jueces de nosotros mismos y nuestros semejantes, como ellos de nosotros. Y, por ello, asumir dicha responsabilidad, solo así podremos desarrollarnos como hombres plenos.

El bombardeo de Dresde fue criminal por su propia naturaleza inhumana, no pudo ser juzgado como tal por ser el vencedor el que dictó la ley de posguerra.
¿Dejó de ser criminal por ello?
Es evidente que no.

Hace mil años ejercimos violencia, la ejercimos contra los que considerábamos mercenarios de un régimen opresor. Ellos se consideraban a sí mismos funcionarios de un Estado legal. Para ellos, nosotros eramos ilegales, alborotadores y propensos a la anarquía criminal.
¿Quién llevaba razón entonces?
¿Es la historia capaz de juzgar, o también está mediatizada como todo?
Los tenderos, la gente de la calle que callaba o, en muchos casos, se quejaba de nuestra postura, sufría las consecuencias, decía que les limitábamos la libertad de pasear tranquilos.
¿Puede ser considerada enemiga dicha ciudadanía?
No, pero la utilizábamos como carne de cañón sin ningún prejuicio por nuestra parte, solo entonces conseguimos que parte de ella cambiara de idea... la mediatizamos.
¿Es eso legítimo?
Para la ley humana es altamente dudoso, pero asumimos la responsabilidad y hoy no dudo que hicimos bien.
Y sí, creo firmemente en la complicidad de una sociedad ante el ataque que puede hacer su clase dominante sobre la ley humana.
Solo con un cambio de régimen y la consiguiente persecución de los responsables del ataque, puede dicha sociedad recuperar su inocencia. De no ser así, demuestra cobardía o complicidad y puede entonces asumir sus consecuencias.

Cecilia B. -

Ni uno de los casos que mencionas es eso de 'legítima defensa'. Y no, no existe 'violencia justificable' o 'injustificable', más bien se trata de saber si los estados tienen leyes que legitiman determinado tipo de violencia o no. El bombardeo de dresde, por ejemplo, siempre se consideró como 'castigo' y nunca jamás como 'legítima defensa'.

¿Puede un miembro de la sociedad oponerse a ella con medios ilegales? Obviamente lo que es ilegal en un sistema (que no necesariamente inconveniente o ilegítimo) está castigado. La pregunta es ¿cabe algún tipo de jnustificación a la desobediencia de un régimen cuyas leyes se saben criminales, es decir, ilegales en el sentido más común del término? ¿Debe ser castigado con fiereza el que destruye o atenta contra un régimen criminal? ¿Indultaríamos a un asesino de Hitler o lo meteríamos en la cárcel? ¿o lo juzgaríamos como asesino?

Desde mi punto de vista todos los regímenes políticos son opresores, sea lo que sea lo que quieres decir con ese palabro, ya que limitan, y no hay excepciones, la posibilidad de ejercer con plenas garantías mis propios derechos civiles (el derecho a mi propia vida y, por lo tanto, a mi muerte, por ejemplo, o el derecho libre al aborto sin condicionantes ni limitaciones, o la libertad de expresión en sentido estricto. Y no sólo los míos, sino los de todos que viven en este territorio y no sólo las personas que tenemos un DNI que nos acredita como nacionales de España). Y desde ese punto de vista, sólo cabe lo que está en la Ley si se entiende que la Ley es el garante de eso que se llama Estado. Si un estado se asienta sobre un cuerpo legal criminal ¿son todos los miembros de esa sociedad, que no se rebelan contra esa estado de las cosas, criminales? ¿son lo que los que lo hacen, contra las normas de ese estado que los consideran como criminales, ciudadanos 'responsables' o 'legitimados' para atacar a ese régimen criminal?

Portorosa -

Pau, yo creo que hay violencias justificadas. Algunas, las has citado tú aquí.

Pero a la pregunta que hacías en tu anterior entrada contesto lo que contesté ("¿Lo dices en serio?") porque no creo que se den ni por asomo, y por muchas injusticias y fallos que tenga nuestra sociedad, las condiciones que justifiquen la violencia (salvando casos personales aislados, de los que creo no estamos hablando).
Ni remotamente.

Un abrazo, Pau. Y mucha mucha suerte.