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UN GATO EN EL BALCÓN

LO IMPREVISIBLE

 

Estudio el crecimiento económico de América latina. No me sorprende.
Venezuela y Brasil la abanderan, Argentina está saliendo rápidamente del pozo y comienza a crecer.
Lo curioso, es que dicho crecimiento se desarrolla a espaldas del gigante del norte y del FMI.
El crecimiento es sostenido.
En el caso de Venezuela, dicho crecimiento va acompañado por una política social muy vanguardista y parecida a la europea. Las empresas venezolanas deben regularizar la situación de sus trabajadores y deben pagar impuestos sociales, sorprendentemente, el crecimiento venezolano ya no se basa en el petróleo, el crecimiento es global. Se está creando una estructura industrial y empresarial desconocida por aquellos lares.
En Brasil, el gobierno está avanzando paso a paso con un sistema parecido, sin petróleo, a espaldas del FMI, pero al ser una Nación tan inmensa, dicho crecimiento se hace con mesura.
El caso argentino tiene más delito. El partido gobernante ha cambiado de rumbo, se ha socializado y le ha dicho al gigante que sí, que muy bien, que será buen chico pero a su manera, que si no le gusta, que se busque otro tonto.
Perú está en la cuerda floja.
Ecuador está intentando ponerse al día y, para ello, le ha dicho al FMI que cambie de dirección.
¿Y Chile?
Pues Chile las está viendo venir. Chile ni debe ni le deben y, por tanto, está esperando a ver por donde suenan las campanas.


Hace muchos años, en La Habana, estaba hablando con unos “intelectuales”. Estaban cabreados y con razón. Hablábamos del dólar, de Miami... Les dije que no miraran tanto al norte, que igual, la sorpresa y el cambio venían del sur, que la salvación como Nación independiente y socialmente avanzada podía venir de Europa, del Euro y del Sur.
El tiempo me está dando la razón.
El problema es que el gigante está herido de muerte y eso es terrible.
Nunca, en los EEUU, un presidente y su camarilla habían puesto su país y, por ende, al mundo entero, en la cuerda floja por intereses económicos propios.

Y eso no era previsible pero ha sucedido.

El dólar está suspendido y soportado por un hilo. La lógica decía que el dólar debía deslizarse suavemente sin caer. Las fuerzas económicas debían hacer que su caída no fuera traumática, que el cambio económico mundial se hiciera suavemente. No ha sido así.

Al dólar lo aguantan los asiáticos, árabes y europeos. Los primeros se han dado cuenta del desastre y quieren crear su euro-moneda, los segundos están hasta los cojones e Irán está a punto de crear su petro-euro para comerciar con China, India y Rusia.
¿Y los europeos?
Pues esos como los chilenos, pero con la ventaja de que tienen la carrera hecha, esos ya tienen el Euro y, con éste, hacen y deshacen, es sólido, estable y lo tienen muy controlado.
El dólar, en el fondo no vale nada. No vale ni un real brasileño. Todos los EEUU juntitos no pueden pagar los dólares que hay en la calle. Y los japoneses, chinos e indios que los tienen, los quieren utilizar para comprar minas y pozos petrolíferos, cosechas y barcos mercantes, destructores y submarinos...
El dólar se soporta porque a los asiáticos les interesa que los americanos sigan comprando y gastando. Mientras, con demasiada rapidez, están creando un consumo interior muy potente, como América latina. Cuando este consumo sea suficiente, ni puñetera falta les hará mantener al gigante. Y lo peor es que éste lo sabe y morirá matando.


El mundo está cambiando tan rápidamente que, como se descuiden, Fidel verá morir el sueño de Henry Kissinger, su peor enemigo. Y ese, puede ver triunfar al otro.


Y eso ya sería la leche.

 

4 comentarios

Zuriñe -

Me ha gustado la manera casera de escribir la marcha económica actual del mundo. Si, parece que el cambio está viniendo del Sur, lo cual ya era hora. Un poco lento pero tienen que seguir en ello, lo malo es que mucha de su población sigue emigrando al norte, lo que quiere decir que parte de su crecimiento les viene del norte en forma de divisas del emigrante. Eso es un poco trampa porque es como si le pidieramos la paga todavía al tio Sam. Un abrazo

pau -

Argentina va muy lenta en comparación a su vecino brasileño, pero los indicadores de consumo indican un crecimiento continuado en energía eléctrica. Eso solo puede tener una lectura. Pero no sólo ha crecido este consumo, el aumento de los transportes públicos y de mercancías, el intercambio de dinero en los bancos y un mayor consumo telefónico. Esos indicadores dicen mucho de un país, antes, tan dormido.

Europa es una fuente de consumo para América latina, cada día se importan más productos de allí, productos más manufacturados: textiles de Argentina y Brasil, horticultura envasada de Perú, floricultura de Ecuador, etc.
Por los caminos donde yo, hace mogollón de años, estuve a punto de morir a tiros, hoy, turistas alemanes, canadienses, franceses y británicos, los recorren con bicicleta y hacen fotos. En el río donde tuve que hacer algo horrible, hoy, los mismos turistas, hacen travesías en barcos homologados, para ver los mismos bichitos con prismáticos. La moda mineira de Brasil arrasa en la Europa más "in"...
Mientras, los chinos, japoneses y coreanos, están adquiriendo cuencas mineras y, como bien dices, cosechas enteras, todo eso lo adquieren con dólares estadounidenses recién llegados de la fábrica de moneda.
No sé, no sé... Pero mi intuición dice que eso está a punto de hacer un pedo.

C.B. -

Y no, Europa no es en absoluto la solución para América Latina. Y desde que China adaptó la conversión del yuan al euro, sí es cierto que se ha convertido en moneda de referencia para los intercambios comerciales entre China y Europa pero no como moneda de referencia en las relaciones entre Estados Unidos y Europa (que se siguen cotizando en dólares).

C.B. -

Bueno, Argentina no ha hecho nada realmente espectacular, sólo ha incrementado las exportaciones de soja (y ha sustituido grandes superficies de otros cultivos para producir soja en forma masiva) a China. El modelo argentino persiste en los mismos errores del pasado: excesiva centralización y poca industria productiva aparte de la agropecuaria. Y no, no se está desarrollando el consumo interno, de hecho el desarrollo de argentina depende de las exportaciones de soja. Una variación a la baja en el precio de la soja y Argentina se va al garete.