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UN GATO EN EL BALCÓN

VANA ESPERANZA

 

 

    Dicen que la esperanza es lo último que se pierde.

    Nada es peor que las ideas preconcebidas, que las reglas y protocolos con los que intentamos regir nuestra mente, porque la esclavizan como cualquier religión.

 

    Hablamos de comercio, industria y consumo sostenibles, nos llenamos la boca con la palabra de moda, la más progresista: sostenible.

    Mientras, consumimos cerezas de Chile, espárragos chinos o peruanos, manzanas y kiwis neozelandeses, etc. Y digo etc. porque cada mes descubrimos un nuevo sistema para crear falsa riqueza, dependencia y otro alarde consumista.

    No es necesario consumir frutas fuera de su temporada, porque disponemos de otras tan buenas como aquellas. Los países productores se benefician con ello pero de manera falsa y a corto plazo. Los empujamos a una dependencia económica basada en el esnobismo de un consumidor que se halla a diez o veinte mil kilómetros. Y eso no es todo, puesto que la energía y el empaquetado necesarios para tan largo viaje es inmenso.

    Quien sabe el petróleo que cuesta un kilo de fresones surafricanos en el mercado de Londres y la cantidad de desperdicios y embalaje que ocasiona.

 

    Hace unos días, a mi compañera le regalaron una caja de bombones... tiritas de chocolate envueltas en plástico metalizado de colores y en una caja trasparente, envuelta a su vez con una funda de celofán. Esta caja llega a los supermercados envuelta en paquetes y con soportes de fibra de madera para que no se aplasten unas con otras. Los paquetes están envueltos con cintas de plástico trasparente, y se transportan en unos palets fabricados a propósito para extraerlos de los contenedores que llegan del centro de Europa.

    El cacao llega por vía marítima y, después de seis mil kilómetros, desembarca en el puerto de Amberes para seguir en grandes camiones hasta Suiza.

    El embalaje se fabrica en Marruecos, ya que el estricto control sobre el medio ambiente impide hacerlo en Europa. Eso sí, con gran coste energético y gracias a las toneladas de residuos europeos que importan las empresas de la Unión radicadas allí.

 

    Dicen que la esperanza es lo último que se pierde...

    Pero aunque el próximo decenio, la mitad de la población consumidora se pusiera las pilas y cambiara radicalmente sus hábitos de consumo, el mal es irreversible y el planeta está condenado.

 

    Dicen que la esperanza es lo último que se pierde...

    Pero cuando vemos que el gran depredador planetario ha descubierto el sistema para evitar su dependencia a los carburantes fósiles, alucinamos. Porque la solución que ha encontrado es convertir la selva amazónica en una Lousiana, donde hizo desaparecer miles de kilómetros cuadrados de selva autóctona como si tal cosa.

 

    Dicen que la esperanza es lo último que se pierde...

    Pero nunca un sistema económico, la globalización, habrá durado tan poco, ya que por él y sus defectos, el hombre ha destruido el sostenimiento del planeta.

 

 

8 comentarios

Portorosa -

En mi ciudad, aún hay sitios donde la bolsa de basura se deja junto al portal, y los basureros la cogen al pasar con el camión.

Besos. (Gracias, F. F.)

Luna -

Hace poco, me preguntaban mis hijas, donde dejábamos las basuras cuando no había contenedores y me quedé pensando, no me acordaba y no lo sé. Recuerdo, qué la leche venía en envases de cristal al igual que los yogures y las cervezas, que había que devolverlos al comprar otros nuevos,para el pan y para la compra había una bolsa que se llevaba siempre, la comida no sobraba y si sobraba, se aprovechaba para otra comida, los restos de comida se quemaban en el fuego y se ahorraba combustible.....
Tantas cosas que me asombra...

Saludos

fetish_femina -

Esta visita te la debía hace mucho tiempo Pau y espero que las visitas se repitan con más a menudo.
Al leer tu artículo lo primero que se me ha pasado por la cabeza es: prefiero meter la pata hasta el fondo con mis pequeños actos que quedarme de brazos cruzados esperando que llegue lo q esté por llegar. La verdad es que me encanta comer tomates comprados directamente al "pagés" cuando es la temporada.

Por cierto Portorosa un link muy interesante.


Una sonrisa

Alba y Alvaro -

Es lo ultimo, pero a este paso se perdera tambien...

Saludos desde el agua

pau -

Vale... Oído

pau -

¿Cual?

Portorosa -

Anda, veo que no funcionan los enlaces, que no admite lenguaje html, o como se llame. Bueno, pues la dirección es

http://amontblog.blogspot.com/2006/09/prova.html

Chau.

Portorosa -

Pero aunque el próximo decenio, la mitad de la población consumidora se pusiera las pilas y cambiara radicalmente sus hábitos de consumo, el mal es irreversible y el planeta está condenado.

El problema es mayor; el problema es que ese parón sería tan devastador como la carrera en la que estamos metidos.
Te recomiendo un texto de un paisano tuyo (bueno, te recomiendo cualquier cosa que escriba; para mí es de las opiniones más sensatas y lúcidas de este entorno nuestro en la red): éste.

Un abrazo.