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UN GATO EN EL BALCÓN

CONSUMO Y GLOBALIZACIÓN

 

Cada vez que en el mundo hay un cambio de orientación, éste conlleva crisis y desestabilización.
No hay generación humana que no haya experimentado en su piel uno o dos cambios de estos. Lo que puede ser, es que los vivan con más o menos intensidad; que los conflictos inherentes a ello, puedan afectarles más o menos traumaticamente.
La gran guerra europea fue eso, una guerra que marcó y trajo la desgracia a millones de personas con muerte, desolación y pobreza. Aparte, hubo epidemias y hambruna que, por falta de medios, provocaron el doble de mortandad que la guerra en sí misma.
La segunda gran guerra llevó la tragedia a más de medio mundo, desde la India hasta América, pasando, como no, por Europa.
Y así, en todos los tiempos que se recuerdan, desde Babilonia hasta nuestros días, el desarrollo ha ido precedido por el desastre.

 

Vivimos una etapa a la que le llaman “globalización”. La gente habla de ella con despreocupación, sin apenas temor.
Se da por hecho y, desde mi punto de vista, así es, que es un fenómeno inevitable, que conllevará un reparto de riqueza más global... Y es así por mucho que nos empeñemos en no ver. Por mucho que las cifras y estadísticas digan lo contrario. Y es que una cosa, son los balances contables y otra, la venta de frutos secos.
Hoy, nuestra sociedad está en crecimiento contable y en decrecimiento de consumo.
Cada día hablo con centros de venta de innumerables ramos, con barómetros de lo más variopinto. Todos coinciden en lo mismo... Se vende menos, se consume menos. Somos más y gastamos menos. Incluso las tiendas de chuches venden menos y, lo poco que se vende, produce más endeudamiento.

 

La gran incógnita es...
¿Qué haremos con nuestro estado de bienestar?
¿Qué diremos a los inmigrantes llegados en esos últimos diez años?
¿En qué trabajará la gente que, habiendo entrado en nuestras fronteras, sólo saben y pueden crear productos que se fabrican en el tercer mundo?
Éste es el reto de la globalización, el nuevo conflicto que ha de venir y dio un aviso en Francia hace bien poco, Un conflicto que nuestros gobernantes ni saben ni quieren ver. Que nos puede estallar en las manos y dejarnos hechos unos zorros.

 

4 comentarios

Zuriñe -

Si efectivamente es un dilema muy serio que nuestros gobernantes del mundo occidental están retrasando para no perder votos, pero van a tener que hacer frente tarde o temprano. ¿Qué pasará con nosotros?

pau -

No sé como funciona ahora la contratación. Antes sí que lo sabía pero creo que eso ha cambiado, que se hace muy dificil.
Eso del estado del bienestar ya sabes lo que es. O a lo que me refiero.
Ellos claman por un contrato, sus compañeros los ayudan. Hay muchos que tienen pequeñas empresas, que son autónomos, los puedes encontrar en mercadillos, en las obras... Luego viene el subsidio, la sanidad, la escolarización de sus hijos...
Pero el resultado es un bienestar que la mayoría de nosotros ya lo damos por hecho y no entendemos. En caso de crísis, los transportes son caros, la comida también, la vivienda, etc. Y esta gente es la primera en caer por la sencillísima razón de que son los que producen productos de muy poca plusvalía y gran mano de obra, productos que se pueden importar a muy bajo precio.
Eso es lo que está ocurriendo en Francia. Y por ende, en todo el mundo occidental.
Nuestro estado de bienestar, no lo dudes, descansa en sus hombros.

C.B. -

Si a los extranjeros que llegan se les llama 'ilegales' (esto es, se les priva de todos los derechos, que para eso son 'ilegales') ¿de qué estado del bienestar estás hablando?

Es curioso constatar que la única forma que tiene un extranjero 'ilegal' para ser tratado como cualquier otro ciudadano, sea en la cárcel, el único sitio en el que sus derechos son idénticos a los de cualquier otro preso. O ahí o en un campo de fútbol siempre y cuando meta goles y sea rentable... O delincuente o genio. ¡vaya bienestar!

C.B. -

No hay consumo porque no se produce nada tangible, sólo servicios variopintos. Además Europa es un geriátrico y los únicos que podróan gastar, la mano de obra más fresca, viene de fuera y manda su dinero por Western Union. Y esperamos turistas, que son los que más consumen, que gasten en lo superfluo.

Y suben las hipotecas un CuartoDePunto y entra el pánico, todos ontando los euros de más que les cuesta la hipoteca y todos sintiéndose arruinados, empobrecidos, sin capacidad real de gasto¡qué de gente con su hipoteca a trescientos millones de años! Ya no es tan baratito eso de pedir 3.000 euros al banco, ya no es nada barato endeudarse... ¡y todo por un CuartoDePunto! ¿qué será cuando el sea el punto entero (a mediados de este año)? Jajajaja!